Los culpables de la crisis institucional en la LXIII Legislatura tienen nombres y apellidos. Sí, la mayoría son priístas y uno que otro de MORENA que juega a las alianzas perversas. No es para menos, pues la disputa por las candidaturas se han convertido en el catalizador de las diferencias entre priístas. La imposición de Raúl Bolaños podría dejar fracturas irremediables. Al tiempo.