Turismo milenario, patrimonio natural de Oaxaca

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Excélsior.

Ciudad de México. Hierve el Agua es un paraje natural de excepcional belleza, está reconocido como el lugar sagrado de los antiguos zapotecos y es un patrimonio natural de Oaxaca, ubicado en los límites entre la sierras Mixe y Juárez, en la región del Valle.

Se trata de dos impresionantes cascadas petrificadas formadas, desde hace miles de años, por el escurrimiento de agua carbonatada (carbonato de calcio). El agua desciende de los manantiales por agrestes rocas de más de 50 metros
de altura.

Una tercera cascada, más pequeña y con caída diagonal, fue adaptada como una alberca que actualmente se ha convertido en un balneario de agua de temperatura templada.

En Hierve el Agua se han dado cita numerosos estudiosos de las Ciencias de la Tierra, tales como arqueólogos, biólogos y geólogos, por tratarse de un sitio donde se construyó hace más de dos mil años un complejo sistema de riego del cual aún existen importantes vestigios. Además sólo existen dos sitios con estas características en el mundo. El otro se encuentra en Turquía y se llama Pamukkale.

Según los expertos, el agua brota desde el interior de las montañas y al contacto con el aire se calcifica, creando la apariencia de un tarro de cerveza escarchado.

Gracias a estas investigaciones se ha logrado entender la forma de construcción y el funcionamiento de las terrazas y canales que cubren una amplia extensión en torno a la zona del anfiteatro, como se le identifica a la alberca a donde llegan los visitantes.

DE LA NECESIDAD AL TURISMO
También se ha determinado que se trata de un antiquísimo sistema de riego, único en su tipo en México, donde los antiguos habitantes desarrollaron una agricultura intensiva orientada al máximo aprovechamiento del agua de los manantiales, en un terreno con pronunciadas pendientes.

No pocos visitantes extranjeros o nacionales que mencionan que un paisaje similar existe en Pamukkale, en Turquía, un conjunto de varias pozas escalonadas, por lo que aseveran que los lugareños son privilegiados al contar con una belleza natural de esta importancia.

La temperatura del agua es ligeramente superior a la del medio ambiente fluctuando entre los 22 y 25 grados centígrados.

“Aquí no hierve el agua. De hecho, el agua es fresca. El nombre de este parque natural se debe al nacimiento de agua burbujeante que parece estar en punto de ebullición”, apunta la Secretaría de Turismo del estado en sus publicaciones.

Sin embargo, la belleza natural no es el único atractivo de Hierve el Agua, que es, sobre todo, un importante sitio arqueológico cuya larga historia ha permitido estudiar diversos aspectos de la cultura y forma de vida de los antiguos habitantes de la región.

Las dos cascadas petrificadas tienen una altura de 60 y 20 metros aproximadamente. Están formadas por escurrimientos de agua carbonatada desde los manantiales situados en la parte superior de
las peñas.

De los manantiales emana el agua por sobre las cascadas petrificadas, originando nuevas capas pétreas que se proyectan hacia una barranca de más de 200 metros de profundidad.

¿Cómo llegar a Hierve el Agua?

El recorrido de la ciudad de Oaxaca Hierve el Agua se realiza en casi dos horas sobre la carretera Internacional Cristóbal Colón.

En el trayecto, con dirección a San Lorenzo Albarradas, puede hacerse una parada para conocer el milenario Árbol del Tule, que cuenta con el diámetro de tronco más grande del mundo.

También se puede hacer una pausa en el recorrido para entrar a alguno de los palenques para observar el proceso de elaboración y destilación del mezcal.

Posteriormente seguir la ruta a la localidad de San Isidro Roaguía

Durante la travesía, los visitantes observarán la vegetación, predominantemente de selva baja perennifolia. En los cerros de los alrededores predominan coníferas.

Llegando al sitio es posible admirar las cascadas y realizar una caminata por un sendero peatonal de aproximadamente 2 kilómetros, teniendo una perspectiva diferente del sitio al pasar al pie de las cascadas.