Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- Como desde hace 32 años, miles de turistas nacionales e internacionales pudieron presenciar la Procesión del Silencio que se realiza en la ciudad de Oaxaca de Juárez, y que representa uno de los acontecimientos más importantes de la Semana Santa.
Después de las 6:30 de la tarde, más de 400 personas, entre adultos y adultos mayores, jóvenes, niñas y niños, partieron del templo de la Preciosa Sangre de Cristo, quienes cargaron cruces de 15 y 30 kilos, además de las diferentes imágenes y estandartes de los templos de la capital oaxaqueña.
La Procesión del Silencio recorrió las principales calles de la ciudad: Alcalá, Xólotl, García Vigil, Morelos y Alcalá para terminar en el Andador Turístico. Durante este recorrido estuvo acompañado por música sacra del Coro de la Ciudad.
Turistas locales, nacionales e internacionales presenciaron esta caminata ordenada y silenciosa, que en gran parte de su trayecto fue acompañada por los sonidos del tambor.
La Procesión del Silencio estuvo organizada por el Municipio de Oaxaca de Juárez, la Arquidiócesis de Antequera y el Grupo de Scott.
Los estandartes que participaron son: Cruz de Caravana, Oración en el Huerto, Aprehensión del Señor, Divino Preso y Señor de la Columna, el cual data del siglo XVII y es uno de las más antiguos de la procesión. También se contó con el estandarte Dulce Nombre, Jesús Nazareno, Virgen Dolorosa y Señor de las Peñas.
Del Señor de las Maravillas, Señor de las Tres Caídas, el Señor del Rayón, Señor de Esquipulas, San Juan Apóstol, Virgen de los Dolores, Cristo Crucificado, Virgen Dolorosa, Santo Entierro de Nuestra Señora del Carmen, San Felipe Neri, Virgen de los Dolores y Virgen de la Soledad.
Además, participaron las Cofradías de las Siervitas, las damas de la Virgen de Dolores- pertenecientes al templo del Patrocinio- el Santo Entierro y las Legionarias de la Virgen María.
Cabe señalar, que la Procesión del Silencio en Oaxaca inició en el año 1986 cuando el párroco del templo de la Sangre de Cristo, Pedro Osorio, así como los oaxaqueños José Humberto Palancares, Ana Bravo Vasconcelos y Don Carlos Ocampo Prieto, decidieron revivir una celebración que hacían los dominicos para expresar el pésame a la Virgen por la muerte de Jesús.