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Ciudad de México. La caravana de migrantes centroamericanos, que desató la ira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se debilitaba a su paso por el centro del país.
El grupo, conformado en su mayoría por hondureños, llegó a tener unas mil 500 personas pero tras las amenazas de Trump de movilizar tropas a la frontera con México para cortarles el paso, se ha venido reduciendo y hoy son apenas la mitad.
La caravana, que organiza anualmente la organización no gubernamental ‘Pueblo Sin Fronteras’, busca llamar la atención sobre los derechos de los migrantes y brindarles ayuda a quienes huyen de la violencia en sus países azotados por el crimen y la pobreza.
Este viernes, los migrantes salieron de Veracruz rumbo a Ciudad de México, donde planeaban realizar protestas y reunirse con funcionarios mexicanos.
“La caravana se ha diluido bastante”, dijo Irineo Mujica, representante de Pueblo sin Fronteras, a Radio Fórmula. “Algunos están avanzando a la frontera norte con su familia o la Ciudad de México”, agregó.
Mujica precisó que de las mil 500 personas que comenzaron la marcha a fines de marzo en la frontera con Guatemala solamente quedan unos 800 y que ninguno de ellos buscará asilo en Estados Unidos, como se tenía previsto inicialmente.
Esta semana, el presidente Trump publicó varios mensajes en contra del movimiento e incluso acusó al Gobierno mexicano de no hacer nada para prohibir el paso de migrantes por su territorio.
En respuesta, el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo en un mensaje que el envío de tropas a la frontera con México afectaría la relación bilateral.