La Jornada.
Ciudad de México. En la revisión de la Cuenta Pública 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha detectado irregularidades diversas en el proceso de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM), entre las cuales destacan las relacionadas con la edificación de la barda perimetral, por más de 380 millones de pesos.
Como informó este diario (26 de febrero de 2018), el ente fiscalizador detectó una serie de pagos ilegales por aproximadamente 365 millones de pesos en la nueva terminal aérea por rubros que iban desde la duplicidad de asesorías legales hasta ajustes por costos de salarios
y la inclusión de estudios no previstos en el proyecto.
Sin embargo, estas no han sido las únicas anomalías en la construcción del proyecto de infraestructura más importante anunciado en el gobierno de Enrique Peña Nieto, el cual ha sido motivo de controversia en días recientes entre el empresario Carlos Slim y el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.
Una de las obras con más observaciones de la ASF ha sido la construcción de la barda perimetral del nuevo aeropuerto, encomendada por el Grupo Aeroportuario de Ciudad de México (GACM) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en la cual aún no se aclara el destino de más de 380 millones de pesos.
De acuerdo con la auditoría de inversiones físicas 354-DE –en la cual se analizó una muestra de 936 millones 436 mil pesos de un universo de mil 611 millones 585 mil pesos–, la entidad responsable del proyecto no ha entregado documentación que justifique o compruebe el destino de 389 millones 670 mil pesos.
Lo anterior debido a que el GACM no logró documentar el uso de ciertas cantidades de dinero que se pagaron en varias etapas de la construcción, las cuales forman parte de un convenio modificatorio del proyecto original. Los montos en cuestión van de 27 millones a 133 y hasta 185 millones de pesos.
A manera de ejemplo, una de las irregularidades en las que incurrió el grupo responsable del proyecto en lo que se refiere a la barda perimetral fue la autorización de un pago de 5 millones 642 mil pesos a la Sedena, que incluyó 16 por ciento de impuesto al valor agregado (IVA) en gastos varios, cuando dicho impuesto sólo procede en la compra de materiales.
De igual forma, el GACM autorizó la totalidad de pagos extra sin verificar que sólo se debió asignar 50 por ciento
de las cantidades aprobadas, y que a reserva de acreditar 40 por ciento de dicha asignación, se aportaría el complemento de los recursos autorizados
en cada etapa de la construcción.
Otra obra que ha generado observaciones de la ASF es la construcción de la losa de cimentación del edificio terminal del NAICM, en la cual se autorizó un pago de 119 millones de pesos sin verificar que el costo incluyera sólo el concreto, y no la estructura de acero de refuerzo que tiene en su interior.
Una de las anomalías más importantes que documentó la ASF en lo que se refiere a dicha losa de cimentación es que después de una licitación pública declarada desierta se adjudicó el trabajo en forma directa a una contratista que en la etapa previa del proceso hizo una propuesta 61 por ciento más elevada que la oferta más baja.
En este y otros trabajos, advirtió la ASF en su informe, se comprobó que el GACM no acreditó los criterios de economía, eficacia y eficiencia que aseguraran las mejores condiciones para el Estado
.
Los anteriores ejemplos corresponden sólo a la Cuenta Pública 2016, y el informe del periodo 2015 de la ASF incluye otras observaciones sobre la nueva terminal aérea.