Moisés MOLINA
Hace algunas lunas puse sobre la mesa, ante un grupo de buenos amigos, un rasgo que creo no le hemos reconocido a Alejandro Murat.
Dueño de mis palabras opino que hemos sido injustos con él.
Desde que tengo memoria los gobernadores hacían más campaña que los candidatos.
Hoy el gobernador del estado, de no haber sido electo Alejandro, estaría haciendo campaña para presidente de la república, senadores, diputados locales, diputados locales y presidentes municipales.
Era evidente el hecho de que los gobernadores, llegadas las elecciones, dejaban de serlo para convertirse en operadores electorales, en estrategas.
Descuidaban completamente la encomienda que les había sido conferida en las urnas y se tomaban unas semanas para vacacionar en las paradisíacas playas de los destinos electorales.
Era, más que una regla no escrita. Era una compulsión que no podía contenerse por mucho tiempo. Llegada la elección se abría la válvula de escape de los humores gubernamentales y se abría paso a la paternidad de las victorias y hasta de algunas calculadas derrotas.
Entradas las madrugadas los candidatos esperaban con ansias la llegada del jefe político y coordinador de todas las campañas.
Llegaba a “evaluarlos”, a regañarlos, a dar indicaciones para corregir el rumbo o de plano a anunciar alguna medida severa en aras de la victoria y del control político del estado.
No juzgo si es bueno o malo, pero los gobernadores buscan tener todos los dados a su favor y ningún casino era tan generoso como las elecciones.
Hoy puedo decir que Alejandro Murat está dedicado en cuerpo y alma a gobernar este estado tan complicado y que recibió hecho girones.
Va y viene, sube y baja. No descansa.
Aparece en eventos de su partido, solo cuando las reglas de la cortesía y de la corrección política lo ameritan. Alejandro, a pesar de su juventud, es un hombre ortodoxo, políticamente correcto.
Que lo elegimos para dar resultados, que sus funcionarios no le ayudan, que hay temas pendientes… Eso lo tiene bien sabido, pero por él no queda.
Alejandro es un político formado técnicamente que sabe lo que hay que hacer y lo está haciendo, aunque los resultados no se vean en la inmediatez.
Está consciente de ello. Tiene temple.
Aquilata el papel formador de los medios, pero entiende que es un terreno de percepciones del que hay que salir lo mejor librado posible sin sacrificar ni un ápice de la determinación que se requiere para la toma de decisiones.
Solo con revisar su time line de twitter, sus publicaciones de facebook o sus historias en instagram nos damos cuenta de que el gobernador está trabajando día con día multiplicando las horas.
Quizás lo que pasa es que sus funcionarios no le siguen el paso o no “cacarean el huevo”.
No basta con hacer. Es necesario que la sociedad se entere.
Confío en que no tardarán tiempos en que informar por todas las vías asequibles sea una obligación legal para los funcionarios. Para que no caigan en la inmovilidad, ni en la complacencia.
Formulo algunas preguntas a los candidatos del PRI, del Partido Verde y de Nueva Alianza.
¿Por qué están desperdiciando la inmejorable posición de ser aliados de un gobernador que no descansa y que a diario publicita lo que hace?
¿Acaso han caído en la trampa de sus detractores que no pierden ocasión para atacarle diciendo mentiras o verdades a medias?
¿Es que no se dan cuenta de que en estos tiempos la mejor estrategia de un gobernador para con sus aliados es la de trabajar sin distingos por Oaxaca cotidianamente?
Alejandro Murat es la piedra angular de ese proyecto que Oaxaca necesita y los candidatos deben confluir en torno a él y no al revés.
Siéntanse orgullosos de su gobernador, infórmense de lo que hace a diario y pónganlo de ejemplo en todos sus distritos y municipios. Defiéndanlo y miren que hay argumentos de sobra.
No escondan la cabeza cada que se habla mal de él.
No abandonen su facebook ni su twitter cada que reciban comentarios de intolerancia y de odio.
Defiendan lo que piensan. Defiendan sus convicciones. Y si no las tienen, están muy a tiempo de formarse algunas.
En algún lugar del camino se erosionó la mística, pero Oaxaca puede ser ejemplo nacional para recuperarla.
Esta elección no se trata de partidos o coaliciones.
Se trata de proyectos y si desde la Presidencia de la República, el Senado y las cámaras de diputados federal y estatal se hace equipo con Alejandro, le va a ir mejor a Oaxaca.
Candidatas y candidatos:
No lo hagan por ustedes pensando en la inmediatez de futuros personales; con altura de miras háganlo por Oaxaca.
Oaxaca necesita aliados.
Hagan su tarea.
@MoisesMolina