Alberto Alonso Criollo
En el contexto nacional el proyecto encabezado por AMLO, después del debate, avanza como se esperaba. Se impone claramente la opción transformadora del país porque a pesar de todo el derroche de dinero en medios y de estrategia clientelar, la imagen ya generada de los otros proyectos, se simplifica en un ícono de lo negativo. No hay para donde hacerse. ¡Están fritos!
Esta conclusión o representación social, naturalmente simplificada, en la representación de lo negativo; es el verdadero dique que la mayoría de los votantes opone a las distintas estrategias anti AMLO. Y es que los convencidos, en cualquier caso, tienen una natural tendencia a seleccionar sólo mensajes positivos para su causa y rechazar todo mensaje en contra.
El estado de Oaxaca, bastión consolidado de apoyo a Andrés Manuel López Obrador, ya ha rebasado los 50 puntos porcentuales de preferencia ciudadana para Morena y aliados. Mientras tanto, los partidos tradicionales van en caída libre. Incluso extraordinario el caso del gobernante PRI que, parece haber tirado la toalla, antes de tiempo.
El caso de la Ciudad de Oaxaca, avasalladoramente solidaria con la coalición Juntos Haremos Historia, reafirma su papel histórico como espacio que anuncia el futuro. Ahí se están construyendo las claves de la reconfiguración de fuerzas políticas en estado y más aún, perfila el potencial rostro del proyecto modernizador que se está imponiendo en el país.
La realidad es que candidato Oswaldo García Jarquín, está abrumadoramente arriba en las encuestas. Compitiendo con dos candidatos, representantes de la vieja guardia de los partidos tradicionales, el PRI y el PAN-PRD, su desafío no se limita a sólo a ganar sino a demostrar que tiene tamaños para conducir, los destinos de la Ciudad, como dice Andrés Manuel, en la época de la Cuarta República.
El escenario es positivo porque se conjuga un gran candidato con una circunstancia favorable. No es un apunte menor; porque los estudio de opinión pública, ya dan cuenta de la trayectoria cuesta arriba que tienen que enfrentar muchos candidatos a Presidentes municipales que no necesariamente podrán capitalizar el arrastre de Andrés Manuel.
Afortunadamente Oswaldo tiene importante capital político para el éxito del proyecto. El sabe que verdadero mérito de un líder es articular una propuesta política integral a partir de una atinada lectura de los grandes problemas y necesidades de su población, en el marco de una coyuntura histórica concreta.
La población de la Ciudad de Oaxaca, centro urbano por excelencia del estado, permeada también por el hartazgo social, tiene grandes expectativas de un gobierno más abierto, eficiente, transparente, incluyente e innovador. Y claro que Oswaldo lo sabe y promete que no va a fallar.