Oaxaca de Juárez. En el marco del “Festival Cuántico Oaxaqueño 2018” que organizó el Instituto de Matemáticas de la UNAM, con el decidido apoyo del Gobierno Municipal, a través de la Dirección de Ciencia, Educación y Recreación Comunitaria, se realizaron los talleres de simetrías en segunda, tercera y cuarta dimensión.
En el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), ubicado sobre el andador turístico de la ciudad, los más de 30 asistentes, entre maestros y estudiantes, del 29 de junio al 6 de julio, pudieron generar vínculos entre el arte y las matemáticas.
Asimismo, su intención principal fue fomentar el intercambio de conocimiento físico-matemático para exponer a esta ciencia formal como una manera de arte per se (arte por sí mismo), en profundos enlaces con otras disciplinas artísticas.
En su oportunidad, el coordinador del festival, Bruno Cisneros de la Cruz, reconoció el fuerte apoyo del gobierno municipal para impulsar y divulgar este tipo de actividades en favor de la ciencia, ya que con esto se refuerza la importancia de la vinculación entre la academia, la sociedad y el gobierno.
“A partir de estas actividades podemos presentar a las matemáticas como un arte viviente, ver que las matemáticas no solo es hacer cuentas o ecuaciones y ver cómo estas se representan en nuestra vida cotidiana de una manera bella y sorprendente”, dijo Cisneros de la Cruz, al mencionar que también se buscó generar vínculos entre la comunidad oaxaqueña y las matemáticas.
Además como parte de las actividades se desarrolló el conversatorio “Mitla: de la serpiente dorada al espejo humeante”, en el cual participó el investigador francés Ludovic Celle, Micho Durdevich de Serbia y el coordinador del evento, quienes hablaron de la simbología que se encuentra en los palacios de la ciudad de los muertos, así como de la figura del espiral y su importancia en la culturas originarias latinoamericanas, ya que representaba a la montaña sagrada, donde debajo se encontraba la serpiente dorada de la vida, que además es símbolo de armonía.
Las actividades culminaron en la biblioteca Andrés Henestroza con una exposición de toda la obra que se realizó en los días que comprendió dicho festival; asimismo, para cerrar con broche de oro se realizó la “Noche lumínica”, un espectáculo que mezcló danza, poesía, física, matemáticas y efectos lumínicos a través de bobinas de tesla.