Sin los 43 y entre reclamos de justicia, se gradúa la generación de normalistas de Ayotzinapa

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Proceso.

Ciudad de México. Con la exigencia de justicia y la ausencia de los padres de los 43 normalistas desaparecidos, esta mañana egresó la generación 2014-2018 de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.

En un ambiente solemne de lágrimas y tristeza, culminó el ciclo escolar en este lugar emblemático en la historia trágica de la entidad y el país donde al menos 42 de los 43 estudiantes ausentes habrían terminado sus estudios de licenciatura en educación primaria para salir al campo laboral como maestros rurales.

La generación a la que pertenecen los desaparecidos hace cuatro años en la ciudad de Iguala, fue denominada “26 de septiembre, 3 semillas, 43 esperanzas” y los 74 egresados se unieron en el grito de justicia.

43 de sus compañeros desaparecidos, 3 asesinados y heridos debieron graduarse hoy como profesores. Sus lugares están vacíos. El Estado criminal se los impidió. Justicia.

De acuerdo a información de los egresados, esta generación estaba integrada por 140 jóvenes, de los cuales 42 están desaparecidos, 24 más desertaron y solo 74 se graduaron.

Al respecto, el egresado Octavio Castillo García expresó públicamente que junto a sus compañeros sobrevivientes tienen “sentimientos encontrados, ante la alegría de egresar con recuerdos que nos acompañaran toda la vida” y la ausencia violenta de los 43 desaparecidos que mantiene destrozados a sus padres, indicó.

Por su parte, Cuitláhuac Mondragón Fontés, tío del normalista asesinado Julio César Mondragón, reprochó el hecho de que hasta el momento el caso Ayotzinapa sigue impune y no hay justicia para las víctimas.

Por ello, hizo un llamado a los egresados de esta generación a seguir luchando en defensa de las normales rurales y para exigir castigo a los responsables materiales e intelectuales de este crimen.

Previo a la ceremonia de clausura, se realizó una misa en la iglesia del Santuario de Tixtla y se develó la escultura de una tortuga y una placa conmemorativa con los nombres de los normalistas asesinados, Julio César Mondragón, Julio César Ramírez y Daniel Solís, así como de Aldo Gutiérrez quien a la fecha permanece en coma a consecuencia de un disparo en la cabeza durante los hechos violentos registrados el 26 y 27 de septiembre de 2014.