The Huffington Post
Ciudad de México. Algo grave está pasando en las costas mexicanas. A la crisis de sargazo en las playas de Quintana Roo y la muerte de, al menos, 34 manatíes en peligro de extinción en las de Tabasco, ahora hay que sumar una nueva tragedia sin, hasta ahora, explicación convincente: la muerte de más de un centenar de tortugas en las costas de Tonalá, Chiapas.
El 24 de julio, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) encontró 25 tortugas muertas. Para conocer las causas, inició una investigación, que no ha sido concluida porque cada vez aparecen más cadáveres. Hasta hoy, la cifra de ejemplares muertos de golfina, carey y prieta va en 105.
Adrián Méndez Barrera, director de la CONANP, aseguró que los expertos a su cargo están trabajando en dos hipótesis: que las tortugas hayan muerto a causa de anzuelos o redes que los pescadores dejan en el mar o por la aparición de un gas nocivo que genera una bacteria en los animales.
Cada año, cientos de tortugas hembras llegan a esas costas chiapanecas a desovar y lo normal es que algunas mueran en el proceso. Sin embargo, más de 100 es un número extraordinario, más aún si se toma en cuenta que entre los ejemplares muertos hay machos, que no suelen acercarse de junio a octubre a los litorales.
Entre los pobladores y especialistas de los campamentos tortugueros de Tonalá hay preocupación, porque los cadáveres hallados indican que, por su tamaño, se trata de animales que podrían tener hasta 100 años de vida.
Su muerte aceleraría la desaparición de la tortuga carey, en peligro de extinción debido a su demanda en el mercado negro de la comida exótica, además de que el nivel de sobrevivencia de las crías es de una por cada mil.
De acuerdo con la periodista local Ángeles Mariscal, el año pasado en Chiapas se rescataron 720 mil huevos, lo que significa que de las tortugas que nacieron, solo 720 tortugas lograron sobrevivir.