La Jornada.
Ciudad de México. A seis días de los hechos de violencia registrados en la explanada de la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de los que resultaron heridos cuatro jóvenes, dos de ellos aún muy graves, la máxima casa de estudios no presentó denuncia. La Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México (PGJCDMX), en consecuencia, liberó a los dos jóvenes detenidos que habían sido señalados de participar en la agresión, por carecer de elementos de prueba.
Como se recordará, a raíz de la agresión contra los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco, y otras preparatorias de la máxima casa de estudios a manos de grupos de porros, la Procuraduría General de la República fue la primera instancia judicial que actuó en el caso al aprehender a dos hombres probablemente relacionados con el ataque.
Sin embargo, el Ministerio Público federal remitió a los dos sujetos ante la procuraduría capitalina, instancia que tampoco tuvo en sus manos denuncia alguna para continuar un proceso legal contra los señalados de agredir a los estudiantes y, en consecuencia, los liberó en menos de 24 horas.
Las salidas jurídicas de ambas procuradurías evidenciaron que la máxima casa de estudios no habría actuado de acuerdo al protocolo jurídico al no presentar acusación ni indicios que comprobaran la participación de Érik Linares Torres, quien sería conocido con el alias de El Lucas, y Joel Rojas Argüello, El Cárter, en los hechos violentos ocurridos el lunes frente a Rectoría. Esta circunstancia provocó el desencuentro entre ambos organismos judiciales.
El jefe de Gobierno de Ciudad de México, José Ramón Amieva, confirmó que la UNAM no interpuso ninguna queja, e indicó que le solicitará a la Universidad que alguno de sus representantes comparezca de manera voluntaria para explicar cuáles fueron las condiciones operativas que imperaban en el campus en el momento de los hechos, y las actividades de su cuerpo de vigilancia.
Como ya se informó en este diario, los dos detenidos, Érik Linares Torres (33) y Joel Rojas (27) habrían participado en el ataque a los alumnos preparatorianos. La información del gobierno federal apuntó al primero en las imágenes donde se observa con un jersey de futbol americano. Esta prueba no fue utilizada para presentar una acusación en su contra.
Ninguno de los detenidos se encuentra en la lista de 18 expulsados de la UNAM, que fue dada a conocer por el rector Enrique Graue al día siguiente de la agresión, pero ambos fueron señalados como presuntos integrantes de un grupo porril, cuyo líder estaba supuestamente cerca de ser ubicado. Además de lo anterior, se seguía investigando la identidad de la persona que le ordenó por teléfono perpetrar el ataque, según fuentes del gabinete de seguridad.
Tras su detención, la PGR entregó a ambos sujetos al Ministerio Público de Ciudad de México, porque esa instancia sería la encargada de determinar su situación jurídica, pues al no haber indicios de delincuencia organizada ni daños a las instalaciones de la UNAM, no existían elementos para atraer el caso al fuero federal.
Sin embargo, apenas unas horas después de haber sido presentados ante la agencia 50 de la procuraduría local, esa instancia dejó libres a los dos presuntos porros, al concluir que en su detención no hubo flagrancia ni se tuvo acusación alguna en su contra.
Uno de los dos sospechosos afirmó no haber estado en la explanada de rectoría de la UNAM el pasado lunes 3 de septiembre, mientras que la procuraduría capitalina confirmó que en ningún momento se le observa en los videos que forman parte de la investigación.