CENTINELA: La oscuridad de Oaxaca…

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Rafael García Zavaleta.

Dice un dicho del pueblo, que cuando más oscuro está, es porque se acerca la luz del nuevo día… ojala así fuera para Oaxaca, que está viviendo desde hace varios lustros en la más terrible oscuridad, quizás es después del gobierno de Heladio, cuando comenzaron a aplicar el outsourcing en las nóminas de los trabajadores del gobierno del estado, que generó a uno de los contadores más ricos de Oaxaca, el contador Sergio Castro, enriqueciendo también al gobernador nacido en puebla. A partir de ahí, todos los gobernadores que siguieron, se enriquecieron con los dineros que producía la aplicación del outsourcing, de las adquisiciones de bienes materiales, entre ellos los medicamentos e instrumental médico, así como los dineros destinados para la obra pública. Así fue como el padre del actual gobernante se hizo de muchísimo dinero, quien llegó a Oaxaca como candidato, con una mano atrás y otra delante, pero al terminar su gobierno pudo adquirir propiedades en Estados Unidos de Norteamérica y financiar el encumbramiento político de sus hijos, uno como gobernador de Oaxaca y otro como senador de Chiapas.

Además, durante su periodo de gobierno entre 1998 y 2004, integró un grupo de bandidos que ahora siguen incrustados en el gobierno del estado, como es el caso de Raúl Bolaños Cacho Guzmán, a quien además le han impulsado a su hijo, el actual senador por el Verde Ecologista y por Oaxaca.

Después del iraquí, vino el gobierno de Ulises y siguió el de Gabino Cué, que para el caso de robos fue igual de nefasto que los anteriores, robaron hasta más no poder y dejaron a Oaxaca sumida en la desesperanza, cosa que viene a rematar el animal gobernante, llamado cachorro, quien no podrá justificar todos los miles de millones que le han enviado de la federación para Oaxaca.

No solo son los robos descarados, sino la actitud cínica de violar la ley una y otra vez, con consentimiento y tolerancia del Congreso Local, donde los diputados han mostrado su mansedumbre y complicidad a cambio de dinero, con lo que les tomaron la medida y todo decreto tiene un precio, que les ha sido pagado puntualmente por el ejecutivo del estado.

Así fue como tuvieron el descaro de desaparecer el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, cuando lo que debieron hacer es requerir al Pleno del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, para nombrar un presidente legal y legítimo que represente al Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, y no mantener al espurio, ilegal e ilegítimo Raúl Bolaños Cacho Guzmán.

En agosto del año pasado se publicó en el diario el Heraldo de México, una carta abierta donde denunciamos la ilegalidad del nombramiento del presidente del tribunal superior de Oaxaca, pero fue ignorado por quienes tienen la obligación legal de intervenir y reencausar la legalidad en el estado de Oaxaca.

Ante esa apatía de los poderes de Oaxaca, formulé denuncia ante la Fiscalía Especializada en Materia de Combate a la Corrupción, el día 13 de septiembre de 2017, pero también fui ignorado y posteriormente violentado por el propio fiscal especializado, hasta que en noviembre del año pasado sufrí un atentado y la vigilancia en mi despacho por parte de notorios sicarios, por lo que tuve que abandonar Oaxaca, si quería conservar mi integridad personal y mi vida.

Ante el acuerdo burdo e ilegal que me fue notificado por parte de la fiscalía especializada, acudí al juicio de amparo, que finalmente me fue concedido en mayo del 2018, pero que hasta la fecha el Fiscal General del Estado de Oaxaca, no ha cumplido, quedando claro, que todas las autoridades procuradoras de justicia en Oaxaca, carecen de autonomía y están coludidos con el titular del ejecutivo, quien les da los lineamientos bastardos a seguir.

Hay otros trámites pendientes por desahogar. Hay entre otros, un juicio de amparo en revisión, que quizás permita regresar a Oaxaca al estado constitucional de derecho. Por eso tengo confianza en que pronto la luz renazca en Oaxaca y salgamos de esta oscuridad en la que nos han metido los últimos cinco gobernadores que lamentablemente ha tenido nuestra sentida Oaxaca.

También sabemos que hay una controversia constitucional y un juicio de amparo en trámite, presentado por magistrados e integrantes del Consejo de la Judicatura, que bien pueden devolver ese ansiado estado constitucional de derecho.

Pero no es solamente la violación a la ley, o el uso indebido de recursos públicos, o la violencia que vive el estado en sus diferentes regiones, o la falta de inversión de capitales, o el estancamiento de los sectores productivos, sino, en una palabra, es el descaro, la ineptitud, la inoperancia que ha provocado el desastre económico, político, social y cultural de los oaxaqueños. En un estado donde se viviera bajo un régimen democrático, entendiendo la democracia no solo como una forma de vida, sino como la plena vigencia del estado constitucional de derecho, ya se hubiera cesado y sancionado a este usurpador pseudo magistrado y pseudo presidente del Poder Judicial de Oaxaca. Pero no, estamos en Oaxaca, donde existe un pueblo de mujeres y hombres sumisos, apáticos, timoratos y miedosos de la actitud explosiva y criminal del iraquí, padre del que ostenta el nombramiento de gobernador, pero que nada sabe de las funciones que debe realizar quien ostenta ese cargo.

Pero lo que sin duda nos da una esperanza motivada y fundada, es la instalación del ya próximo Congreso Local, que tendrá en sus manos reinstalar el estado constitucional de derecho, revisar el uso de los recursos públicos en los últimos años, revisar la implementación de programas y proyectos autorizados por el gobierno federal, con lo que podrán devolvernos la luz y sacar de la obscuridad en la que vive actualmente Oaxaca. El Congreso Local integrado por mayoría de morena, es la esperanza.