Víctor Fuentes/Reforma
Ciudad de México. El gobierno federal adjudicará en las próximas semanas lo que podría ser los últimos grandes contratos de obras carreteras del sexenio.
Se trata de la construcción de dos tramos de 61 kilómetros de la Autopista Oaxaca-Puerto Escondido, proyecto que ha sufrido múltiples retrasos y problemas desde hace una década, y promete conectar la capital del Estado con la costa.
Varias de las grandes constructoras del país cotizaron el 27 de septiembre entre 800 y mil 300 millones de pesos más IVA para el kilómetro 100 al 135 del tramo Barranca Larga-Ventanilla, mientras que para el kilómetro 178 al 204, las ofertas van de 311 a 543 millones de pesos más IVA.
GIA, La Peninsular, Coconal, Caltia Concesiones, Grupo Hycsa y GAMI Ingeniería son algunas de las participantes.
También participan empresas que han protagonizado controversias en este sexenio, como Tradeco, hasta hace poco inhabilitada; Aldesem, una de las constructoras del Paso Express de Cuernavaca, y Constructora de Proyectos Viales de México, antes conocida como OHL.
Aunque la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha tenido participación en este proyecto, las licitaciones están a cargo de Banobras, en su carácter de fiduciario del Fondo Nacional de Infraestructura, que es el concesionario de la autopista.
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