La Jornada.
Ciudad de México. Ciudad Del Vaticano. En una carta abierta en tono y dureza inauditos, un alto cardenal de la curia romana replicó este domingo a las acusaciones contra el papa Francisco de supuestamente encubrir los abusos contra menores por parte del ex arzobispo estadunidense Theodore McCarrick.
Luego de que la sala de prensa del Vaticano publicó el sábado anterior su primera respuesta oficial a los señalamientos del ex nuncio apostólico en Estados Unidos Carlo Maria Viganó (2011-2016), este domingo, en una misiva de tres páginas dirigida al ex prelado, pero identificada como carta abierta a los feligreses, el prelado canadiense Marc Ouellet desmontó una por una las tesis del antiguo embajador papal.
Al poner fin al silencio del Vaticano sobre las afirmaciones del ex arzobispo estadunidense, Ouellet aseguró que el clérigo conservador aprovechó el escándalo sobre abuso sexual en Estados Unidos para ganar terreno entre los críticos de Francisco.
El prefecto de la poderosa Congregación para los Obispos de la Santa Sede, en su mordaz mensaje dijo que comprendía que Viganó estuviera amargado por cómo terminó su carrera y por su desacuerdo con las políticas de Francisco, pero escribió:
Usted no puede acabar su sacerdocio con una rebelión abierta y escandalosa que ocasiona una herida dolorosa en la Iglesia y que divide a su gente.
Arrepiéntase de su revuelta
Salga de la clandestinidad, arrepiéntase de su revuelta y regrese con mejores sentimientos hacia el santo padre, pidió a Viganó, y lo llamó a abandonar su rebelión abierta y escandalosa, que provoca una herida muy dolorosa a la esposa de Cristo.
Seis semanas después de que el arzobispo Viganó provocó agitación en el papado tras sus afirmaciones sobre el ex cardenal Theodore McCarrick, el jefe de la oficina de obispos del Vaticano dijo que no hay evidencia en sus archivos que respalden las afirmaciones de Vigano de que Francisco anulara toda sanción contra McCarrick.
La carta del cardenal Marc Ouellet fue publicada el domingo, un día después de que Francisco autorizó un estudio exhaustivo de todos los archivos vaticanos acerca de cómo McCarrick ascendió en la jerarquía de la Iglesia católica a pesar de denuncias de que tuvo relaciones sexuales con seminaristas y sacerdotes jóvenes.
El 26 de agosto anterior, en un memorial de 11 páginas, Vigano acusó en forma directa al Papa y a otros funcionarios del Vaticano de alto nivel de encubrir los abusos de McCarrick, ex cardenal y arzobispo de Washington entre 2001 y 2006.
Este sábado la Santa Sede precisó en una nota que, a finales de 2017 llegó a Roma una primera denuncia formal de abuso de menores contra el purpurado y, tras haberla mandado a investigar, Francisco lo separó del cardenalato en julio pasado.
Ahora, en su misiva divulgada por la Secretaría de Comunicación del Vaticano, Ouellet explicó con mucho detalle las inconsistencias en los dichos de Viganó. En la carta Ouellet emplea un lenguaje muy duro, algo inusual entre los eclesiásticos.
Tu actual posición me parece incomprensible y extremadamente reprobable, no sólo con motivo de la confusión que siembra en el pueblo de Dios, sino porque tus acusaciones públicas lesionan gravemente la fama de sucesores de los apóstoles, precisó el cardenal Ouellet.
El ex nuncio en Estados Unidos pidió en forma directa la renuncia de Jorge Mario Bergoglio al papado sosteniendo que, el 23 de junio de 2013, él mismo le había hablado al Papa argentino de los comportamientos reprobables de McCarrick.
Al respecto, Ouellet recordó que aquel día Francisco, que llevaba tres meses de pontificado, concedió audiencia a muchos otros nuncios, recogiendo entonces una cantidad enorme de informaciones verbales y escritas. Dudo fuertemente que McCarrick le haya interesado al punto que tú quisieras hacer creer, considerando que era arzobispo emérito de 82 años y ya desde hacía siete no tenía cargo, dijo.
Desde el 30 de junio de 2010 que soy prefecto de esta Congregación, nunca llevé en audiencia ante el papa Benedicto XVI o el papa Francisco el caso McCarrick, salvo en estos últimos días, después de su renuncia al Colegio de Cardenales, añadió.
A Roma sólo llegaron rumores, no denuncias
Con esas palabras, el prefecto dejó constancia de que la situación del arzobispo estadunidense nunca fue sometida a la consideración de ninguno de los pasados dos papas, sobre todo porque hasta Roma habían llegado sólo rumores y ninguna denuncia formal.
Agregó que entonces, a diferencia de ahora, no existían pruebas suficientes de una presunta culpabilidad y por eso la congregación a su cargo actuó con prudencia, pidiendo al cardenal un estilo de vida discreto de oración y penitencia, por su mismo bien y por el de la Iglesia.
Pero esta recomendación, que se le transmitió a McCarrick verbalmente, no constituía una sanción formal. Ouellet confirmó que no existen documentos firmados ni por Joseph Ratzinger, ni por Bergoglio, que impusieran al cardenal la obligación de retirarse al silencio y a una vida privada.
Por eso, continuó, es falso presentar esas medidas como sanciones que fueron decretadas por Benedicto XVI y anuladas por Francisco, como Viganó sostuvo en su escrito, en el cual también afirmó que Francisco había hecho del cardenal abusador su consejero personal.
Nunca escuché al Papa hacer alusión a este supuesto gran consejero de su pontificado para los nombramientos en Estados Unidos, incluso cuando él no esconde la confianza que le otorga a algunos prelados, precisó Ouellet.
Considero aberrante que aproveches el escándalo clamoroso de los abusos sexuales en los Estados Unidos para asestar a la autoridad moral de tu superior, el sumo pontífice, un golpe inaudito e inmerecido, continuó.
Más adelante, el prefecto de los Obispos reconoció que hubo errores en las diversas promociones eclesiásticas que recibió McCarrick a lo largo de los años para guiar las diócesis de Nueva York, Metuchen, Newark y Washington, pero recordó que todas ocurrieron cuando Francisco no era Papa y nada tuvo que ver con ellas.
El juicio no es infalible
Explicó que las decisiones de cada pontífice se dan con las informaciones que tiene en cada momento, pero aclaró que su juicio no es infalible y, en el caso del ex cardenal estadunidense, el clérigo en cuestión “supo defenderse con gran habilidad de las dudas levantadas en su contra.
El hecho que puedan existir en el Vaticano personas que practican y sostienen comportamientos contrarios al Evangelio en materia de sexualidad, no nos autoriza a generalizar y a declarar indigno o cómplice a este o aquel, incluido el santo padre, abundó.
Ouellet manifestó su deseo, por respeto de las víctimas y exigencia de justicia, que las investigaciones en curso en Estados Unidos y en la curia romana ofrezcan finalmente una visión crítica completa de los procedimientos y de las circunstancias de este caso, para que hechos de ese tipo no se repitan.
Acusar al papa Francisco de haber encubierto este presunto predador sexual y de ser, por tanto, cómplice de la corrupción que existe en la Iglesia, al punto de considerarlo indigno de continuar su reforma, me resulta increíble e inverosímil desde todos los puntos de vista, estableció.
No llego a comprender como has podido dejarte convencer de esta acusación monstruosa que no se sostiene. El papa Francisco no tuvo nada que ver con las promociones de McCarrick y lo destituyó de su dignidad cuando se hizo evidente una acusación creíble de abuso contra menores, sentenció.