Forbes.
Ciudad de México. El 13.1% de los jóvenes en el mundo está sin empleo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y la cifra podría aumentar en los siguientes años si las instituciones de educación superior no son capaces de adecuar sus programas de estudios a las necesidades actuales del mercado y a la Cuarta Revolución Industrial, coinciden especialistas.
Y si bien no es un problema único de las universidades mexicanas, en este país es muy evidente que el mercado laboral y las tecnologías, “que están destruyendo empleos y creando otros nuevos”, van a un ritmo mucho mayor que el de las instituciones de educación superior, a decir de Juan Pardinas, director del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), y Francisco Marmolejo, líder de la Práctica Global de Educación del Banco Mundial, ambos ponentes en el Global Youth Leadership Forum (GYLF), que tiene lugar en Cantabria, España.
“En el IMCO publicamos en 2017 un estudio que compara carreras y analiza las posibilidades de empleabilidad que tienen los alumnos en función de la profesión que eligieron estudiar, y la metáfora del estudio era un chita, el mamífero mas rápido del mundo, y una tortuga. Las universidades mexicanas son esa tortuga que no se logra adaptar a las necesidades del mercado. Le sirven a sus trabajadores, le sirven a sus burocracias, pero no ayudan a construir estudiantes”, dijo en entrevista con Forbes Juan Pardinas.
El principal problema que enfrentan las instituciones de educación superior, a decir del director del IMCO, es que tiene programas de estudios rezagados que datan de hace varios años y hasta décadas, además de no considerar las habilidades blandas que requieren hoy los líderes.
“En competitividad, el talento y la inversión son cruciales, y el primero depende del desarrollo de capital humano, las herramientas que tienen los individuos para generar creatividad y participar en el mercado laboral. Desgraciadamente en México nos estamos rezagando más en temas clave como por ejemplo el lenguaje matemático, que es la base para entender programación de computadoras y la robotización”, mencionó Juan Pardinas.
Sobre esto, el representante del Banco Mundial dijo que reformar la educación superior en México no sólo es necesario, sino urgente, pues en el caso mexicano, puntualizó, se tiene la tendencia de mirar hacia adentro y no hacia fuera, creyendo que el cambio tiene que ser incremental, y esto le resta velocidad al sector educativo superior para adaptarse a los nuevos tiempos.
“La de México sigue siendo una educación superior con mucha rigidez –dijo Francisco Marmolejo–; tendencias muy monolíticas hacia la formación de licenciados, mientras que vemos en otros países mayor diversificación del sistema y mayor cantidad de personas cursando técnicas superiores, con una importante lateralidad que no existe en México, y que permite que los estudiantes puedan transitar por susbistemas dentro del sistema de educación, con una formación más orientada hacia habilidades técnicas, pero también blandas (de gestión)”.
Otro desafío educativo que tiene México, de acuerdo con el representante del Banco Mundial, es su excesiva carga académica. Y es que en el país azteca, una persona, para obtener un titulo de licenciatura, debe estudiar en promedio 40% más que un estudiante de la misma carrera en Estados Unidos o Canadá. “Entonces, el sistema educativo mexicano tiende mucho hacia una carga académica de formación, en el aula, con el profesor, con un sistema altamente endogámico, donde los mismos estudiantes egresados son los que imparten clases en esas mismas universidades”.
Es bajo este contexto de cambio permanente y agresivo en el mundo tecnológico y laboral que a las universidades mexicanas, concluyó el director del IMCO, “les urge un ‘shock’ de realidad”.