Sus hijos migraron y desaparecieron: la historia común

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La Jornada.

Ciudad de México. Vienen de distintos continentes, de culturas diversas. Unas son de Senegal, Túnez, Mauritania. Otras de Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua. No comparten ni lengua ni cultura ni religión. Pero sí una historia común: sus hijos migraron en el hemisferio norte, forzados por la violencia y la miseria, y desaparecieron en el camino. Hoy, en México, se encontraron, se miraron a los ojos y empezaron a dialogar.
Son 40 mujeres –faltan todavía algunas, que llegarán más tarde procedentes de Marruecos, porque los trámites migratorios han puesto obstáculos en su camino– que trabajarán juntas durante el 2, 3 y 4 de noviembre en la Cumbre Global de Madres de Migrantes Desaparecidos, en la sede del Antiguo Colegio de la Santa Cruz-Archivo Diplomático deTlatelolco, en un acto convocado por el Movimiento Migrante Mesoamericano y que corre paralelo al Foro Social de las Migraciones, que también da inicio hoy.

Esta mañana, las madres centroamericanas sostuvieron una reunión de seguimiento de los casos de desaparición forzada –que ya tienen expedientes abiertos en la Procuraduría General de la República (PGR)– con el titular de la Unidad de Migrantes de la dependencia, Arturo Ibarra; David Uribe González, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas; Ismael Eslava, primer visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y Roberto Cabrera, de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas.

Las acompañaron solidariamente las delegadas de África, Asia Pacífico y sur de Europa. En la reunión se rindieron informes actualizados de los expedientes, se presentaron tres nuevas denuncias y muchas de las integrantes de la Caravana centroamericana constataron que de la última vez que se reunieron con los mismos funcionarios, el año pasado, poco o nada se avanzó.

Se escuchó, entre otros, el reclamo de una madre de Honduras. La gallina es gallina, el perro es perro, nosotras lo que somos es seres humanos, lo mismo que nuestros hijos que están desaparecidos. ¿Por qué los han tratado como si fueran bestias?

Foto Roberto García

Después de esa sesión de trabajo, el grupo caminó hacia el Zócalo, donde una comisión de la Secretaría de Cultura de Ciudad de México les ofreció un recorrido por las ofrendas del Día de Muertos. En la ofrenda dedicada a los migrantes que a lo largo de la historia enriquecieron la cultura de esta capital: ahí, al lado de Gabriel García Márquez, Juan Gelman y Chavela Vargas, las madres de indocumentados desaparecidos rindieron homenaje a Roxana, una mujer transgénero hondureña que el año pasado formó parte del Víacrucis Migrante, huyendo de los crímenes de odio en su natal San Pedro Sula. Al llegar a Estados Unidos fue recluida en una prisión de la policía fronteriza, en espera de su solicitud de asilo. Por negligencia médica, falleció en junio de este año.

Por la tarde, el grupo de madres se reunirá en el Centro Libanés con algunos miembros de esa comunidad emigrada.

Este viernes se llevará a cabo la primera reunión plenaria de la Cumbre Mundial, en presencia del representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Jan Jarab; integrantes de la Carovanne Italiana; la Alianza Internacional de Migrantes de Asia Pacífico; Walter Coleman, de la organización estadunidense Sin Fronteras, que lucha contra la separación de familias provocada por la política represiva de Donald Trump; Tomás González, del albergue La 72, en Tenosique, Tabasco, y la directora del Movimiento Migrante Centroamericano, Marta Sánchez.

Después de dos días de trabajo, el 4 de noviembre se dará a conocer la declaratoria de la cumbre con una exigencia a todos los gobiernos del mundo donde ocurren desapariciones de migrantes a que cumplan su obligación de dar cuenta de lo que ha sucedido con cada uno de ellos. Además, proclamarán el derecho que les asiste a la verdad, la justicia y la no repetición, conforme al derecho internacional.