El Economista.
Ciudad de México. El sistema de pensiones de México tiene una de las pensiones mínimas garantizadas más bajas y proporciona beneficios insuficientes a los más pobres. A esto se suma que los sistemas privados carecen de regulación suficiente y de las garantías necesarias para los ahorradores en caso de que sus fondos se vean comprometidos, serias deficiencias y omisiones que ponen en cuestión la viabilidad y hacen urgente un rediseño del esquema de pensiones en el país, concluye el Índice Global de Pensiones de Melbourne de Mercer (MMGPI, por sus siglas en inglés), en su edición 2018.
El MMGPI comparó los sistemas de pensiones de 34 países y estableció una jerarquización de acuerdo con los resultados obtenidos por cada uno en la evaluación practicada por Mercer, firma consultora especializada en recursos humanos. Así, en la edición 2018 del MMGPI, el sistema de pensiones mejor evaluado es el de Holanda, seguido por los de Dinamarca y Finlandia. En el fondo del listado, con las evaluaciones más bajas, se encuentran, en orden descendente, México, India y Argentina.
El MMGPI comprende tres subíndices a evaluar en los sistemas de pensiones:
1. la adecuación, que sopesa que la jubilación cubra las necesidades del pensionado;
2. la sostenibilidad, que determina la viabilidad del sistema de pensiones en la medida que éste sea manejado por el sector privado, y
3. la integridad, que evalúa que los sistemas de pensiones privados otorguen garantías a los ahorradores y que los gobiernos cuenten con la regulación necesaria para los mismos.
Del resultado obtenido en cada uno de los rubros, el MMGPI obtiene un promedio con el que asigna un puntaje entre los valores que van del 0 al 100, con el que califica a cada uno de los sistemas pensionarios analizados.
México obtuvo los puntajes más bajo de todos los sistemas evaluados en los subíndices de adecuación e integridad, y se colocó apenas por encima del promedio en el subíndice de sostenibilidad. En la evaluación general, el sistema de pensiones mexicano obtuvo una evaluación de 45.3, cuando el puntaje promedio fue de 60.5 puntos. El sistema pensionario holandés fue calificado con 80.3 puntos, mientras que la evaluación del sistema de pensiones argentino arrojó un resultado de 39.2 puntos.
En Adecuación, México es el último entre los 34 países
Entre las falencias más graves del sistema de pensiones mexicano se encuentra la bajísima pensión mínima garantizada, así como una tasa de sustitución que no cubre las necesidades de los más pobres, rubros ambos considerados en el subíndice de adecuación, y que obtuvieron 1.1 puntos y 1.9 puntos, respectivamente, de 10 posibles en la evaluación. Por otro lado, Nueva Zelanda obtuvo los 10 puntos en pensión mínima garantizada, y Dinamarca 10 puntos en tasa de sustitución.
Sobre la pensión mínima garantizada en México, Ana María Montes, directora de Consultoría Actuarial de Lockton, en entrevista dada a El Economista en julio del 2017, ejemplificó: si una persona gana cuatro salarios mínimos, logra registrar las 1,250 semanas de cotización —que equivalen a 24 años de trabajo en la formalidad— y las aportaciones son de 6.5%, su pensión será de 1,000 pesos. Al ser muy bajo este monto el gobierno le entregará cada mes 1,300 pesos para que tenga una pensión de 2,300 pesos. El Coneval sitúa la línea de bienestar en 3,000 pesos por persona.
La bajísima pensión mínima garantizada se genera en un contexto en el que en México, en los últimos seis años, el empleo precario creció y el mejor remunerado se perdió. Los analistas indican que ésto se debió a la política gubernamental de ofrecer mano de obra barata como única estrategia de competitividad ante los mercados internacionales, política que erosionó los derechos laborales, entre ellos, los beneficios de las pensiones.
Según el informe “El sexenio del empleo precario y los bajos salarios”, elaborado por la Universidad Iberoamericana campus Ciudad de México y el de Puebla, de 2013 a 2018 —periodo en que la administración de Enrique Peña Nieto implementó la Reforma Laboral diseñada por el gobierno de su predecesor, Felipe Calderón— se crearon en el país 4,676,314 empleos con un salario de uno a dos salarios mínimos. En el mismo periodo se perdieron 2,348,898 empleos que ofrecían mínimo más de dos salarios mínimos y hasta más de cinco salarios mínimos.
Sostenibilidad, viable por privados y corta expectativa de vida
El grado de sostenibilidad del sistema de pensiones mexicano logra una evaluación por encima de la media gracias a que el grueso de las cuentas de ahorro para el retiro de los trabajadores las maneja el sector privado, condición que para Mercer es necesaria para garantizar la viabilidad de todo sistema pensionario.
El otro elemento determinante es la relación existente entre la edad de jubilación y la expectativa de vida. En este aspecto, México obtiene 9.1 puntos de los 10 posibles, dado que la edad de jubilación en el país es de 65 años, mientras que la expectativa de vida de la población es de 77 años, lo que resulta en 12 años de pensión. Japón, recibe la evaluación más baja, con 1.4 puntos, lo que se explica por los 19 años promedio que el sistema de pensiones debe aportar beneficios a los jubilados. La expectativa de vida del japonés es de 84 años, y la edad de jubilación, de 65 años. Sudáfrica obtiene el puntaje perfecto, con una edad de jubilación en los 60 años, y una expectativa de vida para su población de 62.7 años.
El equipo económico del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado en varios foros que planean incrementar la edad del retiro, pasando de los actuales 65 años a los 68 años, pero sólo en las zonas urbanas. Para la población indígena de comunidades con alto grado de marginación, condición que reduce considerablemente su expectativa de vida, se mantendrá la edad de retiro de 65 años.
El aumento de la longevidad y la disminución de las tasas de fertilidad de la población a nivel mundial está empujando a los gobiernos de todos los países a redefinir los esquemas de sistemas de pensiones para enfrentar la crisis que se avecina.
A nivel mundial, el grupo de población de mayores de 60 años crece más rápidamente que los de personas más jóvenes. Debido a esta tendencia, los sistemas de pensiones de todo el mundo —que incluyen a los sistemas de seguridad social y los acuerdos del sector privado— están bajo una gran presión.
Según datos del informe “Perspectivas de la Población Mundial 2017” de Naciones Unidas, se espera que el número de personas mayores de 60 años se duplique para 2050, al pasar de los 962 millones de 2017 a 2,100 millones en 2050, cifra que se triplicaría al 2100, con 3,100 millones de personas.
A este escenario, el informe de Mercer aconseja animar a la población a trabajar más tiempo, aumentar el nivel de financiación destinado a la jubilación, y remediar algunos problemas de diseño de los sistemas para reducir las fugas de beneficios antes de la jubilación.
En integridad, el más bajo
“La puntuación baja para México es indicativo del hecho de que el regulador tiene requisitos mínimos en comparación con las industrias de pensiones más desarrollados”, explica el análisis del Índice de Pensiones de Mercer, a propósito de los 41.6 puntos que obtuvo el sistema pensionario mexicano en el subíndice de integridad, el más bajo para los 34 sistemas analizados.
Esto quiere decir que en Efectividad del Gobierno, Calidad regulatoria, Imperio de la ley, Control de la Corrupción, Rendición de cuentas y Estabilidad política y ausencia de violencia —aspectos evaluados por Mercer— el país obtuvo las más bajas calificaciones. Este hecho resulta en garantías nulas a los ahorradores en caso de que los sistemas de pensiones privados hagan un mal manejo de los fondos de pensiones en sus manos.
Como ejemplo, en el aspecto de las garantías que gozan los ahorradores en caso de que el fondo de pensiones sea víctima de un fraude o una mala gestión, el sistema de Reino Unido —que obtuvo una evaluación de 10 puntos de 10 posibles— cuenta con una esquema de compensación por fraude que protege los ahorros para el retiro de los trabajadores. México obtuvo una calificación de 0 puntos, lo que se traduce como garantías inexistentes para los ahorradores en caso de que se pierdan sus fondos.
Seguido de lo anterior, México obtuvo 0 puntos por carecer de una regulación que obligue a los sistemas de pensiones privados a presentan un informe a los trabajadores en los que se les detalle en qué se han invertido sus ahorros.