El beisbol mexicano se repliega para atajar la crisis

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DIABLOS ROJ0OS DE M…XICO RECIBEN A BRAVOS DE LE”N

Proceso.

Ciudad de México. En cuestión de horas, cuatro de los 16 equipos de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) dejaron de ser parte del circuito. Pericos de Puebla, Algodoneros Unión Laguna, Rieleros de Aguascalientes y Bravos de León no participarán en la temporada 2019; los tres primeros están a la venta y el otro solicitó tiempo para reestructurarse administrativa y deportivamente.

La decisión fue tomada el miércoles 7 en la asamblea de presidentes, a la cual ya no asistió la cabeza de los Rieleros de Aguascalientes, Eustacio Álvarez. Días antes, por escrito, el directivo comunicó a la liga su intención de descansar un año. Álvarez es uno de los seis empresarios de ese estado que adquirieron la franquicia en 2012. Seis años después se quedó solo.

El presidente ejecutivo de los Rieleros, Armando Medina, empresario de la construcción, abandonó el barco después de la temporada 2017.

Durante estos seis años el gobierno estatal otorgó un subsidio de cerca de 17 millones de pesos por temporada. Los dueños de la novena tenían que conseguir otros 33 millones vía patrocinadores para completar los 50 millones de gastos de operación.

“A los demás se les cansó el caballo. Se aburrieron de que no es negocio y de la poca asistencia. Ellos (sus exsocios) no son personas de beisbol, no iban al estadio. Lo que le puedo decir es que el equipo está en venta y que deseamos que haya empresarios que quieran apostar por el beisbol”, explica Álvarez.

El último recurso que intentó fue pedirle ayuda al gobierno de Aguascalientes –mediante el Instituto del Deporte– para convencer a otros empresarios de patrocinar al conjunto, pero no se logró. Ante la imposibilidad de enfrentar los gastos de operación de los Rieleros en 2019, la única salida fue pedir autorización para no jugar.

La misma idea adoptaron los empresarios Gerardo Benavides Pape, dueño de Pericos, y Erick Arellano Hernández, propietario de Laguna. Ambos también son dueños de Acereros de Monclova y de Leones de Yucatán, respectivamente. Ninguno de los dos tiene la intención de seguir invirtiendo recursos en un segundo conjunto.

“Traté de manejar dos clubes, pero como económicamente no es viable es mejor retractarse y replantear. Hace dos meses pedí a la LMB el permiso para vender uno, pero he sido cuidadoso en el proceso.

“(El comprador) tiene que ser gente con suficiente capital y que sepa a lo que se está metiendo. Vender por vender significa que vamos a volver a caer en los problemas que tenemos hoy”, dice Benavides.

El hecho de que Bravos de León –que se sumó a la liga en 2016– tampoco participe en la próxima campaña es consecuencia de los adeudos que asfixian a la directiva que encabezan Arturo Blanco, también dueño de Potosinos, y Mauricio Martínez.

Según se informó en la asamblea, los dueños de los Bravos adeudan cerca de 15 millones de pesos entre pagos a peloteros, proveedores y a otros clubes. Martínez asegura que el jueves 8 liquidaron lo que le debían a los jugadores.

La realidad es que no tuvieron margen de maniobra. En la asamblea de dirigentes se votó por unanimidad para que León tampoco jugara. De nada sirvió que Martínez explicara que es una buena plaza y que ha tenido buenos resultados deportivos.

El directivo entendió que si Bravos no sanea sus finanzas a media temporada, sería incapaz de enfrentar los gastos de operación y dejaría de jugar con consecuencias para los demás planteles.

“Al principio fue un balde de agua fría, pero al final de cuentas sabemos que necesitamos un respiro y acatamos con respeto la decisión. Con base en los números está bien que no juguemos. Necesitamos replantear, tener un plan de negocios bien hecho si queremos permanecer muchos años en la liga”, reconoce Martínez.

De entrada, la drástica medida deja sin trabajo a 120 jugadores. En la próxima asamblea –que se realizará en Las Vegas durante las Reuniones Invernales– los peloteros que están en los rosters de los cuatro conjuntos entrarán a un draft. Para entonces se definirá el formato de competencia y el sistema para calificar a los playoffs.

También perderán su empleo el personal de oficina, los integrantes de los cuerpos técnicos y hasta quienes operan los estadios.

Otra consecuencia del achique de la liga es que dos de los tres dueños cuestionados por ser multipropietarios perderán esa condición. El único que seguirá teniendo dos novenas es Alfredo Harp Helú: los Diablos Rojos del México y los Guerreros de Oaxaca.

Jugar con 12 conjuntos en 2019 golpea la imagen del beisbol mexicano, pues se manda el mensaje de que está debilitado y de que los clubes tienen un sufrimiento financiero.

La operación de estas franquicias cuesta en promedio 60 millones de pesos por temporada. La LMB solicitó a los equipos que el próximo año cuenten con una fianza de 25 millones para garantizar que podrán enfrentar sus compromisos económicos.

“La reducción tiene que ver con fortalecer la liga. Tenemos que dar un paso hacia atrás. Tenemos que consolidarnos para volver a crecer. Necesitamos plazas fuertes, viables y con suficiente capital”, dice Gerardo Benavides.

–¿El torneo podría quedar reducido de manera permanente a 12 si eso permite que operen con números negros?

–Así es, pero confío en que este plan va a llevar a que en el corto plazo regresemos a 14. El número ideal es 14. Por tratar de conservar y no movernos de 16 clubes muchas veces hemos tomado decisiones que ya no son sostenibles, independientemente de que traemos un sufrimiento financiero. No podemos seguir haciéndolo porque lo único que logramos es deteriorar las marcas de la LMB.

A su vez, Mauricio Martínez señala que el proyecto de la liga es quedarse con 12 equipos. Expone que en el futuro quienes deseen incorporarse lo harán sólo si pasan todos los candados.

El empresario dice que buscan evitar situaciones como el que las franquicias se queden sin dinero –ya sea de empresarios o de los gobiernos estatales–, que continuamente estén cambiando de plaza o que pasen a manos de la LMB y se tenga que buscar un comprador, como ocurrió en años recientes con Delfines de Ciudad del Carmen (que ahora son Generales de Durango), Broncos de Reynosa (Bravos de León) y Rojos del Águila de Veracruz (Tecolotes de los Dos Laredos).

“Mucha gente puede decir: ‘Ya se los está llevando la fregada’ o ‘ya son menos. Están perdiendo’. No, al contrario. Al aficionado le da lo mismo que el calendario tenga 100 o 120 partidos, lo que quiere es ver un mejor espectáculo. La organización se está profesionalizando. Tiene 93 años y mucho tiempo estuvo estancada.

“Es complicado estar en la liga porque a veces ni los estatutos ni los reglamentos están bien definidos o se contradicen. Se está trabajando a fondo para hacer un cambio real. Cuatro equipos van a descansar para evitar problemas. Quien quiera llegar a la LMB va a cumplir con ciertos requisitos y si no, no entra. Así de fácil”, asegura Martínez.

De acuerdo con el directivo de los Bravos de León, los clubes pronto recibirán las indicaciones de las adecuaciones que deberán hacer en sus estadios. Tendrán que mejorar el alumbrado y la calidad de las transmisiones de televisión.

En el caso de la novena guanajuatense, no podrá seguir jugando en un parque con aforo de apenas 4 mil aficionados. Para 2020, si aspira a seguir participando, debe contar con un parque más grande y en mejores condiciones.

División interna

Los problemas de los Bravos de León se recrudecieron por las diferencias entre los socios. Arturo Blanco es el dueño de 80% de la franquicia, Martínez lo es del resto. En la comercialización la sociedad es de 50% para cada uno y Martínez es el dueño de la marca. A él no le gustó el personal administrativo que Blanco designó para la temporada 2018.

La pugna interna escaló a tal dimensión que ambos socios apenas tuvieron comunicación después de muchos meses de no tenerla.

“La relación se quebró. Ahorita más o menos estamos en buenos términos y unidos para sacar este proyecto y no caer en los mismos errores. Nos agarraron las carreras porque no hubo planeación. Bravos en poco tiempo impactó fuerte. No vamos a desaparecer. No vamos a dejar la plaza sin beisbol”.

Dueño por accidente

La multipropiedad ha sido un dolor de cabeza para la LMB. Antes del inicio de la campaña 2018 el presidente del circuito, Javier Salinas, calificó como un mal necesario que tres dueños tuvieran más de una novena. Explicó que no había empresarios que pusieran el dinero sobre la mesa para adquirir esos clubes que están en venta.

El precio de los Pericos de Puebla y de los Algodoneros de Unión Laguna oscila entre 50 y 55 millones de pesos. Ambas directivas han sido duramente cuestionadas por los aficionados, sobre todo cuando los jugadores talentosos e ídolos salieron de estos equipos para reforzar a los Acereros de Monclova y a los Leones de Yucatán.

El empresario coahuilense Gerardo Benavides, presidente de Grupo Industrial Monclova (GIM), refiere que tiene el derecho de no seguir invirtiendo en los Pericos de Puebla, que adquirió en 2014 porque era la única franquicia en venta. En 2017 compró a los Acereros.

El desgaste de tener que atender una novena tan lejos de la ciudad donde nació y vive lo obligó a dejar de ir a los juegos. Perdió aún más el interés por las pobres entradas. En el primer torneo de 2018 apenas superó las mil personas en promedio. En el segundo se incrementó a poco más de 3 mil por partido.

“Si antes me hubieran vendido a Monclova, jamás hubiera comprado a los Pericos. Era una oportunidad que no se iba a presenar otra vez y fue muy atractivo comprar el equipo que fue de mi papá y que es el que quiere mi familia.

“Mis pérdidas no fueron grandes. Mi problema es tener dos clubes: uno donde vivo y otro donde yo no tengo negocios y no le pude poner atención desde lejos. Eso sí, Puebla jamas quedó a deber un peso, no tiene deudas. Por eso tengo el derecho moral de decir yo ya no quiero esto porque no puedo dividirme para atender dos equipos”.

–¿Ha sido muy complicado encontrar comprador?

–Estoy contra la multipropiedad, pero no veo la fila de gente que le quiera entrar al beisbol. Me convertí en multipropietario por accidente. Compré Pericos a un precio y hemos subido la marca porque hemos tenido resultados deportivos (campeón en 2016 y subcampeón en 2017) y porque tiene jugadores importantes.

“Fácilmente puedo venderlo si lo malbarato. Incluso podría regalárselo a quien le entre. Pero si esa persona no sabe en dónde se está metiendo, a los tres meses lo va a dejar. No es nada más la nómina, son boletos de avión, hoteles, la operación del estadio, cuotas… Cuando uno hace números digo: ‘Estoy pagando por un equipo al que ni siquiera voy a ver’. No va por ahí”.

El gobernador quiere su novena

La asamblea de presidentes se realizó el miércoles 7 en la ciudad de Morelia. La LMB ofreció una cena a la que asistió el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. En su discurso anunció –ante el azoramiento de los asistentes– que está en pláticas con la liga y con el propio Gerardo Benavides para que la capital del estado cuente con un equipo de beisbol profesional.

Aureoles aseguró que comenzará de inmediato la remodelación del estadio Francisco Villa, localizado en el complejo deportivo Ejércitos de la Revolución. El inmueble fue construido hace 54 años y en todo ese tiempo jamás ha sido remodelado.

En entrevista con Proceso, Silvano Aureoles explicó que la inversión será de entre 12 y 15 millones de pesos. Sólo en la primera etapa se destinarán 4.3 millones para los trabajos de pintura, reforzar las estructuras de concreto, colocar una reja y comprar equipamiento deportivo.

Este escenario posee gradas de cemento para 3 mil personas y las medidas del campo no son las reglamentarias. Las condiciones están lejos de los parámetros de la LMB para que autorice que ahí se juege beisbol profesional.

“No sé si nos dé el tiempo para 2019, creo que más bien para 2020 y podría estar patrocinado. Hay que motivar a los empresarios y a la gente para que se la quieran jugar”, dice el gobernador.

–¿Compraría los Pericos de Puebla?

–Es una opción. Estaría encantado si Gerardo (Benavides) pensara hacerlo (vender el equipo) a Michoacán. El gobierno con gusto acompañamos.

–¿Cómo sería, la mitad de la inversión privada y la otra pública?

–Hay que ver los esquemas. (Se necesita) involucrar a los empresarios porque si pensamos sólo en el esquema del gobierno, nuestros periodos son finitos, se acaban y si a los que siguen ya no les interesa, pues… Pero si involucramos a los empresarios, hay garantía de que perdure y lo que queremos es que se queden los deportes profesionales en Michoacán.

Benavides tampoco descarta vender a los Pericos.

–¿Michoacán es el comprador más serio que tiene? –se le pregunta al empresario.

–Desde el punto de vista de que hay un interés y de que la ciudad tiene potencial económico, pero no hay estadio. Que lo pueden hacer en un año, no lo dudo.

“Lo único que pido es que la gente sea de aquí para que tenga margen de maniobra y sean exitosos. Hay una cosa que todos necesitamos entender: los dueños deben vivir en esa plaza. Yo no puedo ir y esperar hacer sinergia donde no conozco a nadie.

“Me pueden ayudar, pero el proceso es muy difícil. Soy de Monclova, ahí navego solo y me siento orgulloso de que mi estadio está vendido 75% antes de comenzar la temporada en una ciudad de apenas 300 mil habitantes.

Por ahora a los presidentes de los clubes de la LMB les preocupa tener cuatro estadios vacíos que no se usarán durante mínimo un año. Tres de ellos fueron remodelados recientemente con recursos de los estados de Puebla, Aguascalientes y Guanajuato.

Requieren independencia

Eustacio Álvarez reconoce que para ayudar a los Rieleros se necesita ampliar el estadio porque es tan pequeño que no hay locales donde se pueda vender comida, como en otros parques. No cuenta con esa fuente de ingresos.

Tampoco es del agrado de la LMB que los gobiernos de los estados sean los dueños de franquicias, debido a los antecedentes negativos que han vivido, sobre todo cuando suspenden los recursos y dejan los clubes a la deriva.

En plazas como Campeche y Tabasco, donde los gobiernos son dueños de los Piratas y Olmecas, respectivamente, la cantidad de dinero que invierten tampoco ayuda para formar planteles competitivos.

Para la campaña 2019 la liga también autorizó reducir de siete a seis el número de extranjeros por equipo, lo cual dará espacio a más peloteros mexicanos o mexicoestadunidenses.