Forbes.
Ciudad de México. Tres de cada cuatro frascos de miel son adulterados y puestos a la venta en la Ciudad de México, afirmó Víctor Manuel Abarca Salas, gerente del Comité Nacional Sistema Producto Apícola.
“De ese tamaño es el problema que enfrentan los apicultores en el mercado mexicano”, donde se pueden encontrar mieles adulteradas, la mayoría de ellas son elaboradas con jarabe de fructuosa, dijo en entrevista con Notimex.
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La competencia desleal -que ha ganado cada vez más terreno con las importaciones de fructosa de Estados Unidos- ha llevado a disminuir hasta en 42 pesos el kilo de miel.
Recordó que China ha casi duplicado su producción del endulzante, al pasar de 230,000 toneladas a casi 500,000 toneladas entre el 2000 y 2016, y exporta al menos 120,000 toneladas a diferentes partes del mundo
El gigante asiático se ha convertido en el principal exportador a nivel mundial, lo que ha provocado una saturación en los mercados e incluso “se habla de mieles de dudosa procedencia”, manifestó.
Al respecto, el representante de las comisiones de Ganadería, Agricultura y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, Efrain Rocha Vega, mencionó que la producción nacional alcanzó poco más de 53,000 toneladas de miel hacia noviembre de 2018 y, de ellas, se han exportado 34,000 toneladas.
Las 19 mil toneladas restantes se quedan para consumo interno, no obstante, la ingesta per cápita es sólo de 120 gramos. “La falta de consumo hace difícil, a simple vista, identificar cuando la miel es pura o a través del sentido del gusto”, sostuvo en entrevista por separado.
“Las empresas o personas que adulteran la miel lo hacen con un envase extraordinariamente bonito, incluso de vidrio, invierten mucho en etiquetas y le agregan un panalito de miel al producto”, comentó.
Aunado a ello, el diputado federal expuso que el kilogramo del producto de fructosa se suele encontrar en aproximadamente 12 pesos, en comparación con 40 o 50 pesos de la miel pura.
Dijo que si bien es necesario abrir el envase para saber si es miel pura, la recomendación es leer “con lupa” el etiquetado antes de comprar el producto y verificar que en su listado de ingredientes no aparezca escrito “glucosa” o “jarabe de fructosa”.
Rocha Vega remarcó que en México urge fortalecer la cultura del consumo y de manera paulatina desplazar los productos de dudosa procedencia, pues afecta a unas 40,000 familias que viven de esa actividad productiva.
Abarca Salas anticipó que la industria apícola cerrará 2018 con una producción de al menos 63,000 toneladas de miel, lo que representará una cifra récord después de que en 2015 se lograron 62,000 toneladas.
De 2012 a 2017 se registró una caída de 12.9% en la producción nacional de miel, al pasar de 58 mil 602 toneladas a 51, 065 toneladas, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
En ese periodo se exportaron 27,722 toneladas y, de ellas, el 41.2% tuvo como destino el mercado alemán, 18.6% llegó al estadounidense y el restante los conjuntaron 26 naciones más.