Forbes.
Ciudad de México. Al menos dos marcas de gasolineras enfrentaron desabasto el año pasado debido al aumento del robo de combustibles, también conocido como huachicoleo.
Después de que siete terminales de almacenamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) sufrieran desabasto durante octubre de 2018, las franquicias de BP y Total enfrentaron escasez de combustible en la Ciudad de México, Hidalgo y Querétaro, reveló Bloomberg.
BP tuvo 20 estaciones con afectaciones de al menos 15,000 litros cada una. El 15% de las gasolineras de Total se vieron afectadas, de acuerdo con fuentes.
Pemex respondió que contaba con inventarios suficientes para atender la demanda y descartó que hubiera problemas de abasto. Total y BP no respondieron a la publicación.
Este caso es un precedente para el problema que enfrenta el país de desabasto en al menos siete estados de la República Mexicana, incluida la capital del país.
El 27 de diciembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presentó el plan contra el robo de hidrocarburos, un delito que costó 66,700 millones de pesos a Pemex durante 2018.
Para combatirlo, el gobierno decidió cerrar ductos de combustibles, que impactaron a las entidades y crearon una ola de compras de pánico que agravaron la situación.
Las autoridades han ofrecido disculpas por las medidas, también han prometido normalizar el abasto lo antes posible aunque sin dar una fecha, y sustituir el envío de combustible mediante pipas, esquema 14 veces más caro.
Pero la secretaria de Energía, Rocío Nahle ha sido muy clara en un punto: la estrategia contra el robo durara el tiempo que sea necesario.