Reforma
Ciudad de México. Dos directivos de Infonavit aprovecharon un programa del Instituto para obtener créditos millonarios y comprar inmuebles en zonas residenciales, según documentos obtenidos por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
En octubre de 2015 el entonces director del Infonavit, Alejandro Murat, implementó el programa Empleavit, bajo el cual ofreció condiciones extraordinarias de financiamiento para los empleados.
Un trabajador del Instituto podía obtener un crédito equivalente a 41.2 meses de su sueldo con una tasa anual de 4 por ciento, pagadero a 20 años y sin intereses moratorios. Un financiamiento que no existe en el mercado y cuyo costo está muy lejos del 12 por ciento anual que cobran a los trabajadores cotizantes.
En esas condiciones, por ejemplo, un empleado del Infonavit con un sueldo bruto de 20 mil pesos mensuales tendría acceso a un crédito de 824 mil pesos.
Dos directivos de alto nivel aprovecharon el programa y cancelaron sus créditos bancarios trasladando la deuda al Instituto.
El actual director empresarial del Infonavit, Sebastián Bernabé Fernández Cortina, obtuvo en diciembre de 2015 un crédito con HSBC por 5 millones 204 mil 307 pesos para comprar una residencia de 22 millones de pesos en el conjunto residencial Hacienda de Santa Fe, en la Alcaldía Álvaro Obregón.
Fernández Cortina suscribió un contrato de apertura de crédito con garantía hipotecaria con el propio Instituto por el mismo monto del adeudo cancelado con el banco. Es decir, se pasó la deuda del banco al Infonavit, pero en mejores condiciones.
Las transacciones se formalizaron ante Teresa Peña Gaspar, titular de la notaría pública 138 del Estado de México.
Cuando se traspasó el crédito, HSBC acababa de bajar sus tasas, las cuales oscilaban entre 8.45 y 12 por ciento.
A sus clientes premier les ofrecía la tasa de 8.45, que eran en aquellos días una de las más bajas del mercado, pero que equivalía a más del doble del interés preferencial de 4 por ciento anual que otorgó el Infonavit a su propio director empresarial.
En diciembre de 2015, los bancos cobraban un interés moratorio de entre 12 y 24 por ciento, dependiendo de la tasa ordinaria negociada, mientras que el Infonavit le otorgó a su director empresarial el beneficio de no cobrarle penalización en caso de que incumpliera con el pago de las mensualidades, según consta en la carta de condiciones financieras definitivas del crédito a la que tuvo acceso MCCI.
En ese mismo documento se establece que el pago mensual que le descontarían vía nómina al director empresarial era de 39 mil 208 pesos.
En 2015, el Infonavit otorgó 690 mil créditos a igual número de trabajadores, quienes tuvieron que pagar una tasa tres veces superior de la que gozó el propio directivo del Instituto. Los trabajadores que se atrasaron en sus pagos ante el Infonavit debieron cubrir un interés moratorio de hasta 16 por ciento anual.
Lo mismo hizo José Manuel Pelayo Cárdenas, quien desde hace años se desempeña como director general de Riesgos del Infonavit, que trasladó al Instituto una deuda bancaria por 8 millones 500 mil pesos, que usó para una casa en el fraccionamiento Campestre Loma de Palo Alto, una exclusiva zona residencial en Cuajimalpa.
A Pelayo Cárdenas le descuentan 58 mil 312 pesos al mes, porque su crédito fue mayor, por 8.5 millones de pesos.
En su caso, la deuda fue traspasada al Infonavit en octubre de 2015, en las mismas condiciones preferenciales que Fernández Cortina.
Los contrastes
En 2015, el Infonavit hizo cambios en la asignación de los créditos, que -según Murat- tenían como objetivo que los trabajadores pagaran menos.
A partir de febrero de ese año, todos los créditos se otorgan en pesos.
Antes, se calculaban en veces salarios mínimos, con lo que se daba un incremento anual por el ajuste inflacionario y de los sueldos.
Con el nuevo esquema, se establecieron tasas fijas de 12 por ciento durante toda la vida del crédito a los trabajadores acreditados.
Paradójicamente, las tasas del Infonavit, en aquel año eran más caras que los bancos, pues había instituciones que ofrecían cobrar un interés fijo de 8.5 por ciento.
Y en cambio la tasa preferencial de 4 por ciento anual no era para los acreditados en general, sino sólo para sus propios empleados y directivos.
En los cambios aplicados en febrero de 2015 también estaba la posibilidad de transferir al Infonavit créditos hipotecarios originados en un banco sin cobro de derechos por inscripción.