La Jornada
El crecimiento de la economía nacional será este año menor al previsto hace unos meses. Parte de esa desaceleración tiene que ver con una dinámica más lenta de la demanda interna, que puede ser contrarrestada por algunas políticas del nuevo gobierno. También está relacionada con una pérdida de fuerza de la expansión global, que ocurre a un ritmo mayor al esperado, incluido Estados Unidos, el principal destino de las exportaciones mexicanas. Así lo advirtió este miércoles la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La OCDE espera que en 2019, el primer año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el crecimiento de México sea de 2 por ciento, medio punto porcentual menos de lo previsto hace cinco meses. En 2020, sitúa el avance en 2.25 por ciento, también medio punto abajo de su anterior actualización de previsiones económicas, realizado en noviembre.
Con la actualización realizada ayer, la OCDE se suma a analistas privados y organismos públicos que han rebajado su pronóstico de crecimiento para México este año. La semana pasada, el BdeM lo redujo en seis décimas de punto, a un rango de entre 1.1 y 2.1 por ciento.
Una encuesta, publicada también la semana anterior por el banco central, entre analistas del sector privado ubicó el avance del producto interno bruto (PIB) de 2019 en 1.64 por ciento, previsión menor a la de 1.8 por ciento un mes antes.
La Secretaría de Hacienda mantiene la previsión de crecimiento de este año entre 1.5 y 2.5 por ciento –una media de 2 por ciento–, que fue la empleada en la elaboración del paquete económico para 2019.
El pronóstico de crecimiento para México hecho por la OCDE, actualizado este miércoles, considera una menor dinámica del mercado interno, pero también una desaceleración de la economía mundial, incluido Estados Unidos.
La OCDE sostuvo que el fuerte flujo de remesas –33 mil 481 millones de dólares en 2018, cifra récord–, un aumento en el salario mínimo y los planes del nuevo gobierno para reactivar la inversión en infraestructura y aumentar la producción de energía deberían elevar la demanda interna.
En el caso de México, el mercado interno aporta dos terceras partes del valor del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con cifras oficiales.
Junto con el impulso al mercado interno relacionado con las políticas impulsadas por el nuevo gobierno, la OCDE espera que en los siguientes meses ocurra una baja en las tasas de interés, algo que, de concretarse, constituye también un apoyo a la economía interna, por el abaratamiento del crédito para el consumo y la inversión.
Más caídas en la inflación ofrecerían un margen para la flexibilización de la política monetaria del Banco de México.
Desde finales de 2015, cuando se ubicaba en 3 por ciento anual, el banco central comenzó a elevar la tasa de interés de referencia, actualmente en 8.25 por ciento, como una forma contener presiones inflacionarias.
La OCDE prevé que la economía mundial crezca este año 3.3 por ciento, dos décimas de punto menos de lo pronosticado en noviembre pasado. Para 2020 anticipa 3.4 por ciento, una décima de punto menos que su cálculo previo.
En el caso de Estados Unidos, prevé crecimientos de 2.6 y 2.2 por ciento en 2019 y 2020, respectivamente, en ambos casos una décima de punto menos que el pronóstico publicado en noviembre.Videos recomendados: OIT anuncia desaceleración de aumentos salariales y desigualdad
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