Desigualdad de género, clave de la sobrepoblación

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Cada día nacen 236,000 personas. Según los pronósticos de las Naciones Unidas, la Tierra estará habitada por 10,000 millones de seres humanos de aquí al año 2050. El ministro alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, Gerd Müller, describió esa tendencia como una “explosión demográfica” al presentar por primera vez en su país el informe principal del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU, o UNFPA por sus siglas en inglés), “Estado de la Población Mundial 2019”.

“Somos testigos de un fenómeno que no es normal. Debemos preguntarnos si tenemos suficientes alimentos y agua potable para satisfacer las necesidades de tanta gente”, declaró Müller, agregando que la respuesta a esa incógnita trae consigo consecuencias en el ámbito ambiental y también en el migratorio.

Falta de igualdad

Es sobre todo en los países no industrializados donde la población aumenta con mayor velocidad. En los países industrializados, cada mujer tiene 1.7 hijos, en términos estrictamente estadísticos; el promedio en Alemania es de 1.5.

En los no industrializados, el promedio es de casi cuatro. Esa es una de las razones por las cuales el reporte más reciente del FPNU lleva como subtítulo “Un asunto pendiente: la defensa de los derechos y la libertad de todas las personas”. La alta tasa de natalidad se debe, ante todo, a la desigualdad prevalente entre mujeres y hombres en muchos países, asegura Natalia Kanem, jefa del FPNU.

En Níger, una mujer tiene un promedio de siete hijos a lo largo de su vida, aun cuando la mayoría de las mujeres desearía tener una familia más pequeña. Ese deseo no es respetado en muchas sociedades, sostiene Kanem.

En 1994, representantes de 179 Estados se reunieron en Egipto para abordar el asunto y se fijaron metas para frenar el crecimiento demográfico. Una de las más importantes era ampliar los derechos de la mujer, donde hiciera falta, y hacerlos valer; incluyendo su derecho a decidir si quería tener hijos o no, cuántos quería tener y con quién deseaba formar una pareja. Sin embargo, las Naciones Unidas estiman que hay más de 200 millones de mujeres que no tienen acceso a recursos anticonceptivos y 800 que mueren diariamente como consecuencia del embarazo o el parto.

“La planificación familiar no debería ser tabú”, dijo en Berlín el ministro Müller. Puso como ejemplo a la república africana de Malaui, subrayando que, con ayuda de Alemania, el presidente de ese país inició una campaña educativa que redujo la tasa de natalidad de más de cinco hijos por cada mujer a menos de cuatro en cuestión de pocos años. Eso no es posible, por ahora, en el país vecino: “El presidente de Zambia dice preferir diez niños a cinco. En ese contexto, las campañas educativas no sirven de mucho”, lamenta Müller.

Progresos para las mujeres

Müller anunció que Alemania elevaría su cuota de aportes económicos al FPNU de 22 millones de euros a 33 millones de euros, destacando que su país ya invierte 1,000 millones de euros en la educación de mujeres de países pobres; de ese monto, 100 millones se usan para financiar campañas educativas y programas de planificación familiar.

Aunque los desafíos se acumulan en materia de planificación familiar, la situación ha mejorado considerablemente en el último medio siglo. En 1969, sólo el dos por ciento de las mujeres en los países no industrializados tenía acceso a recursos anticonceptivos. También la tasa de mortalidad materna está decreciendo. Cada vez menos mujeres mueren durante o después del parto. Sólo entre 1994 y 2015, la mortalidad materna bajó de 832 a 436 por cada 100,000 niños que nacieron vivos.