Niños triquis cambian el ‘sueño americano’ por otro futuro posible

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La Jornada

Ante las altas cifras de obesidad infantil en México, el deporte puede convertirse en el arma perfecta para erradicar dicha problemática, aseguró el entrenador Sergio Zúñiga, fundador de la Academia Indígena de México (AIM), la cual brinda apoyo a los niños triquis de Oaxaca.

Según datos del Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo sitio en el rango de personas adultas, precedido sólo por Estados Unidos.

De acuerdo con un análisis sobre la situación de la infancia en México, presentado en diciembre de 2018 por dicho organismo, uno de cada tres niños de entre seis y 11 años presenta sobrepeso y obesidad.

Asimismo, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2016 reportó que en el territorio nacional tres de cada 10 niños viven con exceso de peso.

Frente a tal panorama, Zúñiga aseguró que el deporte podría ser parte de la solución de este grave problema. Destacó que además de mejorar el estado de salud, realizar alguna actividad física beneficia a los niños en el ámbito emocional y mental, pues los ayuda a ser mejores personas, a saber trabajar en equipo, tener mayor disciplina, entender la competitividad sana y ser mucho más tolerantes, que es algo que hace mucha falta en este país, pues hay mucha violencia y conformismo.

Agregó que el deporte también ayuda a que los niños y jóvenes estén activos, se sientan útiles y parte de algo, a que se integren a otros grupos, con él se pueden contrarrestar otras situaciones negativas como la baja autoestima o el cada vez mayor número de suicidios en adolescentes.

El entrenador precisó que en México no tenemos una verdadera cultura deportiva, vivimos en una sociedad que cada día se va deteriorando y el deporte puede contribuir a frenar esos problemas, pues nos permite ser personas mucho más razonables.

Detalló que en el caso de los niños triquis de Oaxaca el deporte ha cambiado por completo sus vidas, pues pese a crecer en regiones con pocas oportunidades, ahora tienen muchas más alternativas, se les abrió otro panorama.

Zúñiga indicó que los famosos Gigantes descalzos de la montaña, primer equipo de basquetbol integrado por niños triquis que se formó en la AIM, están por ingresar a la universidad, lo cual, dijo, no hubiera sido posible sin el acercamiento que tuvieron con el deporte.

“Al inicio, estos chicos no creían que un balón y un libro les pudieran cambiar la vida, pero poco a poco los fuimos convenciendo de que el deporte te puede llevar mucho más lejos que las montañas. Ellos creían que la única forma de salir de esas montañas era como indocumentado, pero hoy día saben perfectamente que el deporte les abre las puertas, les da otra visión, dejando atrás el sueño americano por el sueño universitario”, aseveró.

Antes de que esta generación de niños indígenas practicara y conociera el basquetbol, sus oportunidades con miras al futuro eran escasas, pues “sus pocas alternativas eran trabajar en el campo, unirse a la delincuencia organizada o tratar de llegar a Estados Unidos como inmigrantes, y en el caso de las mujeres ser madres antes de los 16 años, pero ahora tienen la posibilidad, y sobre todo, el deseo de ser médicos, abogados, contadores o chefs, sus expectativas de vida realmente dieron un giro de 360 grados”.

Por último, Zúñiga subrayó que las autoridades del país deben procurar que en las escuelas se considere al deporte como un complemento de la educación, y que la actividad física se convierta en algo divertido y recreativo, que estimule a los niños a ser mejores personas, alejándolos de la violencia y el sedentarismo para así evitar problemas como la delincuencia y la obesidad.