Quinto Poder
Ciudad de México. Existe un error en el trazo de la línea fronteriza con Estados Unidos, por lo que 84 mil 757 hectáreas que pertenecen a México quedaron en territorio estadounidense. Este error se conoce desde el siglo XIX, bajo el mandato del Presidente Porfirio Díaz.
Aunque hasta ahora no se ha hecho ninguna reclamación formal de parte de México, nuestro país puede sacar ventaja de esta situación.
Desde el 2017, el entonces senador de Chihuahua, Patricio Martínez Garcia, señaló el error, por lo que sugirió hacer un estudio topográfico que corrobore la información que ya se conoce.
El 99 por ciento de este territorio esta deshabitado, exceptuando zonas en Nogales y Arizona, lo cual hace que la propuesta no sea tan descabellada.
¿Pero cómo llevarla a cabo?
En caso de que un estudio topográfico confirmen el error, México podría reclamar ese territorio a través de una nota diplomática que se enviaría al gobierno de Estados Unidos.
El problema es que esto pondría a México en una situación muy tensa en la ya complicada relación bilateral de ambos países.
Desde la llegada de Donal Trump a la presidencia de Estados Unidos, su principal propuesta de campaña fue construir un muro en la frontera con México.
En este caso, México podría enviar su caso a la Corte Internacional de La Haya y poner un obstáculo al sueño del muro de Trump.
Por otro lado, este no es el único territorio que México podría ‘pedir de regreso’.
El Archipiélago Norte de California, un conjunto de 7 islas que hoy forman parte de Estados Unidos son un tema polémico.
Marcas mexicanas que pasaron a manos de extranjeros
Se trata de las islas conocidas como San Miguel, Santa Rosa, Santa Cruz, Santa Bárbara, San Nicolás, Santa Catalina y San Clemente, (frente a Los Ángeles y San Diego).
Estas islas no formaron parte de las negociaciones del tratado Guadalupe – Hidalgo y no fueron consideradas al modificar el bordo fronterizo cuyo trazo bajaron a una zona más austral a fin de que los Estados Unidos tuviera el puerto de San Diego.
Nadie en México había reclamado las islas del Archipiélago Norte, hasta que un grupo de chicanos denominado Boinas Cafés dentro del denominado “Plan Espiritual de Aztlán” izaron una bandera de México el 31 de agosto de 1972 en la Isla de Santa Catalina frente a San Diego.
Aunque se trató de un hecho simbólico, en términos ‘legales’, esas islas nunca formaron parte de ningún acuerdo de venta o cesión, sólo que nunca hubo un reclamo sobre ellas.
El asunto fue llevado a la tribuna del Senado por Alfonso Sánchez Anaya en noviembre de 2008. pero el asunto no trascendió y volvió a quedar en el olvido.
Si bien un retorno de estos territorios parece algo imposible, ponen a México en una situación ventajosa para impedir la construcción de cualquier muro y en el mejor de los casos, pedir una posible indemnización.