Sobre la Educación 4ta. Parte

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Antonio Moreno Castañeda

Otro aspecto importante que debe contemplar la educación en estos tiempos es el de respetar la pluralidad ideológica, donde la ley no debe dejar lugar a dudas y debe de establecer con toda claridad este derecho.

 Como se afirmó en la primera parte de este artículo, el funcionamiento mismo del sistema político mexicano está vinculado con el manejo de la educación, donde el corporativismo es uno de los pilares en los que se basa dicho sistema, el corporativismo consiste en que determinado sistema político, está basado en organizaciones gremiales vinculadas estrechamente con el Estado, sirviendo dichas organizaciones gremiales del principal  respaldo de este mismo; esta estructura corporativa del sistema político mexicano creó una relación muchas veces perversa entre los altos funcionarios públicos y los dirigentes gremiales, siendo una de estas dirigencias la del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación –SNTE-.

       Los máximos dirigentes de dicho sindicato fueron adquiriendo un gran poder con el paso del tiempo, dentro de la estructura corporativa mexicana; la misión de la mencionada dirigencia –y de otras dirigencias gremiales- fue mantener “controlada” a la base trabajadora, algo que realizaban utilizando cualquier medio.

       La perversidad consistía en que a cambio de mantener controlada a la base trabajadora, los líderes sindicales recibían “privilegios” por parte del Estado mexicano, que consistía en el manejo de las plazas de los trabajadores o en controlar determinadas áreas de las dependencias del sector respectivo, y sobre todo se les permitía a estos líderes el control discrecional de los recursos aportados por los agremiados.

       El corporativismo mexicano funcionó y ha funcionado hasta la  actualidad, desde el inicio del llamado régimen de “partido dominante” iniciado por Plutarco Elías Calles, y consiste, básicamente, en un  amplio acuerdo entre las élites gremiales, por lo que resulta torpe el argumento del gobierno peñanietista de que el Estado mexicano había “recuperado la rectoría de la Educación”, aquí cabe preguntarse ¿por qué había cedido el Estado mexicano la rectoría de un rubro tan importante?

       Lo que sucedió  en realidad fue que siguiendo la lógica del gran pacto corporativo el Estado mexicano cedió, intencionalmente, gran parte del manejo de la educación a las dirigencias sindicales, fue algo que el régimen político mexicano hizo plenamente consciente, por lo que no se vale que se afirme que el “Estado mexicano fue víctima de un engaño” en materia educativa: pues este último estaba plenamente consciente de lo que estaba haciendo, en esta materia específica, en su relación con las instancias sindicales.

       En cuanto a los términos “calidad educativa” o “excelencia educativa” son conceptos polémicos muy vinculados con el neoliberalismo -que no es otra cosa más que capitalismo salvaje-. La educación es un proceso complejo, educar es algo más que la simple transmisión de conocimientos o la simple formación de técnicos, como lo pretenden reducir algunos.