Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador designó ayer a Zoé Robledo Aburto director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tras la renuncia de Germán Martínez Cázares. Y en aparente mensaje para el senador, llamó a no rendirse, ni siquiera ante una secretaría como la de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Lamento que se haya presentado esta renuncia, pero el plan (de garantizar el derecho a la salud) continúa. Si bien puede haber diferencias entre Hacienda y el IMSS, nosotros queremos que gobiernen mujeres y hombres libres, no subordinados, no peleles, gente sin criterio, dijo en reconocimiento a la libertad del senador de disentir.
Al expresar que le tiene toda la confianza a Zoé Robledo porque es uno de los mejores servidores públicos con que cuenta, López Obrador afirmó que si no se quiere pelear con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “menos me voy a pelear aquí con Germán.
Se van a quedar con las ganas los adversarios, atajó ayer en su habitual conferencia de prensa en Palacio Nacional, en la que dejó en claro que respeta, pero no comparte, la visión del legislador acerca de la situación del Seguro Social.
Cuando está de por medio la lucha por la justicia y el bienestar del pueblo hay que ser perseverante, terco, no rendirse a las causas que uno defiende. ¡Qué me voy a dejar vencer por una disposición legal o por lo que dice una secretaría, aunque se trate de Hacienda!, subrayó.
El mandatario manifestó que no va a cucar a nadie, pero un buen servidor público pone por encima la justicia y no se rinde. Prohibido rendirse cuando se trata de la justicia. Recordó que después de las elecciones de 2006 habían envenenado tanto a la gente en su contra que en el aeropuerto tenía que sentarse al fondo para que no le reclamaran en medio de la campaña de desprestigio que le crearon.
Acompañado por la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, manifestó que al arribar al gobierno se encontró en Salud el peor servicio, por falta de instalaciones, porque se atendía a lo enfermos en pasillos, y obras abandonadas o inconclusas, entre ellas centros de salud y cientos de hospitales en todo el país.
Describió que en el Seguro Popular no hay médicos ni medicamentos, pero sí una gran corrupción en la compra de fármacos. Además, aseveró que sólo el año pasado una empresa vendió la mitad de toda la medicina que compró el seguro, cuando contaba sólo con un trabajador inscrito en el servicio.
Explicó que en la adquisición de fármacos para la atención de enfermos seropositivos estaba tan concentrado todo que quisieron chantajearnos para seguir comprando a precios elevadísimos por la corrupción imperante, y recordó que en una marcha se acusó a su gobierno de que íbamos a desatender a los enfermos, que éramos inhumanos.
López Obrador afirmó que ya están resolviendo lo de las medicinas e insistió en que no permitirá la corrupción. El sistema, añadió, va a mejorar mucho después de la corrupción que se heredó tanto en el IMSS como en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
En el salón Tesorería de Palacio Nacional, sugirió investigar a los políticos o a los medios de comunicación que vendían medicinas. Y pidió apoyo a los trabajadores del sector salud para sacar adelante al IMSS y al Issste.
A pregunta expresa, el Presidente se comprometió a aclarar si Hacienda retiene mil 400 millones de pesos que se tenían previstos para programas de atención en salud y medicinas en las regiones más pobres del país.
La Jornada