Chocan INE y legisladores sobre gasto electoral

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La Jornada

Las cámaras del Congreso y el Instituto Nacional Electoral (INE) confrontaron esta mañana posiciones respecto del objeto de una nueva reforma de Estado y otra en materia electoral.

Mientras senadores y diputados de Morena insistieron que ambas reformas pasan por “una democracia menos cara” y reducir el costo de la autoridad electoral, el presidente del Consejo General del INE, Lorenzo Córdova, atajó: “Nadie está en contra de la racionalidad del gasto. Lo primero, no nos equivoquemos, es cuidar la certeza de las elecciones”.

Al inicio de los foros en la Cámara de Diputados para la discusión previa de ambas reformas, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, planteó que se logren mediante “el mejor consenso posible”.

Consideró que la mejor regla para que se aprueben puede ser la que se logró en la reforma de 1994, esto es el diálogo, la construcción de acuerdos y la búsqueda de consenso.

“Para que, al llegar a la renovación completa de los poderes en 2024 contemos con reformadas y renovadas normas, instituciones y prácticas que, como ayer, sean producto de la suma de voluntades, para que surja un resultado en favor de la democracia”, indicó.

En el foro, que se realiza en el Salón Verde de la Cámara, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Martí Batres, consideró que el balance de los Órganos Públicos Locales Electorales (OPLE) es negativo y existe una tendencia a pedir la organización de las elecciones estatales al INE.

Mientras que el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, insistió en que uno de los ejes de la reforma electoral debe ser la “austeridad en la política”.

En respuesta, Lorenzo Córdova sostuvo que el sistema electoral funciona bien y dijo que se puede trabajar en conjunto por una reforma, “pero cambios mal planeados pueden implicar una regresión anti democrática”.

Incluso advirtió que “a la democracia hay que cuidarla permanentemente o si no, cuando menos nos demos cuenta, eventualmente, sin quererlo o sin percatarnos, la habremos perdido”.

En ese contexto, planteó a los legisladores evaluar cuál es el propósito de una reforma electoral, sobre todo si se toma en cuenta que, a diferencia de otros procesos, en el de 2018 no hubo quejas relevantes por parte de los contendientes.

“Parece que el centro de una reforma no está en el funcionamiento del modelo, sino en el costo. Si lo que se quiere es reducir los costos, no necesitamos revisar el modelo, sino repensar algunos aspectos, como las fórmulas para determinar el financiamiento público”, expuso.

Añadió que se deben definir las prioridades “para no abrir la puerta a un pasado superado, cuando hace 30 años las elecciones eran el principal problema del país”.