Julián Bautista.
El comercio en Oaxaca ha evolucionado. Diversos métodos e ingeniosas campañas han cambiado el paradigma de las ventas; sin embargo, no existe regulación al respeto.
En grupos de venta que van desde los 6,000 integrantes, como “De Todo, Oaxaca Venta”, hasta el más popular; “Oaxaca Vende”, el cuál, al día de hoy, pertenecen 217,527 miembros, Facebook se ha convertido en un importante punto de venta tanto para pequeños negocios como para todo aquél que quiera ofertar algún producto o servicio sin pertenecer a alguna empresa.
Facebook es la red social por excelencia para el comercio, según un estudio de BI Intelligence, en el cuál, se dio a conocer que el 50 por ciento del tráfico comercial en línea corresponde a la plataforma creada por Mark Zuckerberg en febrero del 2004.
De acuerdo a la Encuesta Nacional Sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, elaborada el año pasado por el INEGI, del 2012 al 2018, los usuarios activos en Facebook en el estado tuvieron un incremento importante, al pasar de 600,000 a 1 millón de usuarios registrados en esta plataforma. Del millón de usuarios activos, el 51.1% son mujeres, y el 48.5% restante, son hombres. De este porcentaje, el 65.8% está en un rango de edad entre los 24 y 35 años.
Gracias a este incremento, el comercio en esta red social se ha vuelto algo cotidiano para los oaxaqueños, quienes debido a las ventajas que esto representa, optan por realizar compras y ventas de artículos o servicios mediante grupos cuya finalidad es el tráfico comercial en el estado.
Comercio sin regulación
A pesar que este tipo de comercio representa muchas ventajas para el vendedor y comprador, como la cercanía con el cliente, la propaganda de boca en boca, la segmentación del mercado, el alcance, y el tiempo en el que se realizan las transacciones, también cuenta con desventajas, que se ven reflejadas principalmente en el comercio formal realizado en el estado.
Esta actividad comercial está regulada por la ley, cuenta con un establecimiento donde se oferta el producto o servicio, dispone de diversas formas de pago, y lo que se ofrece cuenta con una garantía. En los últimos años, el comercio formal se ha visto afectado de gran manera por la informalidad comercial que se lleva a cabo en los grupos de Facebook, donde se pueden encontrar celulares, computadoras, ropa, muebles, autos, e incluso, bienes raíces, sin protección alguna por parte de la ley, ya que existe la posibilidad de adquirir productos “piratas”, robados o en mal estado.
Aunado a los altos costos en las rentas, y los conflictos sociales concentrados principalmente en el centro de la ciudad, el comercio formal ha dejado de ser exitoso debido a la existencia de ventas por medio de Facebook, causando bajas considerables en las ventas, llevando incluso, a la quiebra de empresas.
Según un censo por parte de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (CANACOPE), hasta hace doce años, las ganancias por día para los comercios ubicados en el primer cuadro de la ciudad, iban de los 500 a los 3000 pesos diarios, cifras que han caído hasta un 30%, generando la pérdida del capital y sobre todo, causando despidos en las empresas debido a la falta de ingresos y a la poca capacidad económica para cubrir más de cinco salarios.
De acuerdo a la opinión de los comerciantes que realizan sus actividades de manera formal, corresponde a la sociedad en general, considerar las desventajas que representa el adquirir productos o servicios en Facebook, ya que en la plataforma, no existe la opción de saber más acerca de la calidad de lo que se oferta, más allá de lo que el vendedor describe. Asimismo, no se tiene la certeza de volver a ver a quien realizó la venta en caso de alguna queja o aclaración debido a los miles de usuarios que ofertan algún artículo en estos grupos.
También, hacen el llamado a la sociedad para reactivar la economía en el estado, ya que se ha visto estancada en los últimos diez años, lo cual no otorga la capacidad de generar más empleos para los oaxaqueños, quienes día con día buscan la manera de obtener un ingreso, y que mejor, que haciéndolo bajo el régimen de la ley.