La industria no asimila que nos quedamos con la banda de 700 MHz: Altán Redes

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El Economista

Ciudad de México. Joaquín Coronado es consejero delegado en Altán Redes. Antes fue ejecutivo en PWC y por un tiempo, director de ONO, un negocio de telecomunicaciones por cable que fue absorbida por Vodafone en España. Coronado defiende ahora a la Red Compartida de Altán, una mayorista de servicios inalámbricos que promete llegar a una cobertura de 56 millones de mexicanos en octubre, pero que ya desde al año pasado también provocó el desarrollo de paquetes de Internet inalámbrico fijo entre sus competidores al menudeo y que ya se llevó el 85% de los contratos mayoristas.

La Red Compartida ha sido criticada por la eficiencia con que explota el espectro de los 700 MHz a nivel nacional; también sobre su captación de ingresos y clientes, y además no ha podido acceder a una membresía de la GSMA para ser más atractiva en temas de roaming. De todo ello Joaquín Coronado explica su versión y cuestiona que nadie exija cuentas a Telcel en temas de cobertura con su espectro de 2.5 GHz, ni que Telmex no haya hecho más para reducir los 40 millones de desconectados que aún quedan en México a 29 años de su privatización, pero que sí pretenda que Altán lo haga en catorce meses de operación.

—¿Tener una membresía de GSMA es la única manera para competir mejor en roaming?

—Cuando recibimos la licencia de operador (en México) pedimos ser parte, pero la GSMA negó el acceso. Ser miembro y no asociado facilita extremadamente los acuerdos de roaming directo con otros operadores del mundo a nuestros clientes. Nosotros no queremos ser parte, salvo porque GSMA es una asociación privada que gestiona el roaming.

Cuando el secretario Javier Jiménez Espriú recomendó la membresía, respondieron que estaban dialogando con Altán, pero una llamada cada seis meses y responder una carta en dos años, no es dialogar; eso es darle una patada adelante al problema, porque no quieren abrir la GSMA a un operador mayorista de un país relevante de la OCDE como es México.

—Entre distintos países y operadores se firman acuerdos sobre roaming por temas de eficiencia tecnológica y un día no pesará tanto como ingreso para las compañías. ¿Será un tema de ganar tiempo?

—Se dado información errónea como decir que el tema de interconexión y roaming no es un tema crítico, dado que Altán no opera VoLTE y que no hay roaming o interconexión, pero es erróneo. El tema del roaming internacional que estábamos buscando no tiene nada que ver con que Altán opere en México en VoLTE; de hecho, un cliente nuestro puede hacer roaming en VoLTE en Estados Unidos. Lo que se ha dicho no responde a la realidad de mercado ni a la realidad tecnológica.

—Si ellos dan las membresías, ¿también pueden marcar las reglas?

—Si al operador de Ruanda (KT Rwanda Networks) le dieron acceso porque era minorista en un país, está perfecto; pero denle acceso al operador minorista en este país (Corea del Sur), no al operador mayorista de este otro país, pues si Altán consigue mañana una licencia de operador minorista en Costa Rica, ¿entonces ya podríamos firmar acuerdos de roaming?

—IFT resolvió un criterio a su favor, acerca de que el servicio que prestan es público. ¿Qué cuenta de ello?

—Nos dijeron que Altán no presta un servicio público y entonces pedimos una confirmación de criterio al Instituto Federal de Telecomunicaciones, que en efecto dijo que Altán sí presta un servicio público a través de operadores comerciales, pero que sí es un servicio público. La confirmación de criterio que pedimos al IFT fue por la negativa de que como no prestábamos un servicio público, no podíamos acceder al servicio de roaming. Cuando les mandamos la copia de la confirmación del regulador, adujeron potenciales problemas con la legislación suiza.

—¿Cree que una empresa les dificulta entrar a la GSMA?

—El que más intereses tiene que eso no ocurra es el operador preponderante. Los que forman parte de la GSMA son los operadores de red (minorista), que no les gusta el modelo mayorista, porque lo ven como amenaza para su negocio; piensan que controlar la red en exclusiva les da oportunidad competitiva. Imponen una barrera a la competencia, utilizando la capacidad de veto de este operador en la asociación.

—En últimas fechas su eficiencia y cobertura han sido cuestionadas. ¿Recordará la industria que ustedes cumplen un calendario de hitos?

—Altán cumple en calidad y rendimiento de red; adelantando plazos del contrato APP (asociación pública-privada). En cuatro meses habremos adelantado lo que establece el contrato para 2021. Cumplimos con un calendario de calidad y cobertura que no fijamos nosotros. El objetivo de la Red Compartida es doble: ayudar a incrementar la competencia en el mercado móvil e incrementar la cobertura. Esto exige desplegar en los mercados principales y donde no está el resto de operadores y por eso el calendario va de lo más concentrado a lo menos concentrado.

Altán tiene además el objetivo de cubrir el 92.2% de la población para enero de 2024 y la obligación de hacerlo con 4G-LTE al mismo nivel de calidad en cualquier población, sean 50 habitantes en Oaxaca o un millón en Polanco.

—Los 56 millones de mexicanos cubiertos prometidos para octubre no parecen ser suficientes para sus competidores. ¿Lo ve así?

—El único interés es si Altán está haciendo o no uso de los 700 MHz. Pero desde el año pasado hemos construido un 7.0% más de sitios para añadir capacidad en las zonas de la red donde se está utilizando totalmente la capacidad ya instalada.

El debate es muy interesado, porque el preponderante todavía no ha asimilado que le hubiera gustado quedarse con los 90 MHz de los 700 MHz.

—Existe el discurso de que sus inversiones no tienen el mismo tono de otros competidores o que pronto venderán la compañía. ¿Qué opina?

—Altán tiene 250 empleados y la obligación de hacer la infraestructura más competitiva en México. Desde marzo de 2018, el 85% de los contratos mayoristas han sido con Altán y es curioso que Telcel empezara a ser activo en el mercado mayorista desde entonces. Nosotros estamos construyendo infraestructura en México; desplegamos 12,000 kilómetros de fibra y esa red ha sido auditada por Promtel. Construimos infraestructura, empleos y tenemos 18 socios de torres y fibras.

Estamos en línea de nuestro plan de negocios (para ser rentables). Es importante decir que la mayoría del capital de Altán es mexicano; no es una compañía española. ¿Es posible que accionistas de Altán se planteen en 18 años vender Altán? Es posible. Que un inversor compre un paquete de Altán, no niego que ocurra; que será el mes que viene o el año que viene, eso no va a ocurrir.