El Economista
Ciudad de México. Agobiada por una pesada deuda y en la mira de las calificadoras de riesgo, la petrolera mexicana Pemex planea lanzarse este año y el próximo al mercado de capitales para refinanciar pasivos, mientras apuesta a reanimar su producción de crudo para generar más ingresos, dijo a Reuters un alto ejecutivo de la estatal.
La mayor empresa de México, que es también la petrolera más endeudada del mundo, buscará refinanciar en lo que resta del 2019 unos 2,500 millones de dólares —de los 6,600 millones previstos para este año— pese a que espera que una rebaja de calificación por parte de la agencia Fitch implicará mayores costos.
“No es lo que tu quisieras de tasa, pero eso es el mercado”, dijo el jueves el director corporativo de finanzas, Alberto Velázquez, en entrevista con Reuters tras participar en un evento en el estado Guanajuato.
El ejecutivo agregó que, además de acudir a los mercados de capitales, tanto locales como foráneos, Pemex explorará “contratos bilaterales con bancos” para lograr el refinanciamiento, que complementaría uno anunciado hace semanas para la renovación de líneas de crédito por unos 5,500 millones de dólares, el cual está por concretarse.
Funcionarios de Hacienda asomaron hace meses la posibilidad de que el Gobierno inyectara recursos a Pemex desde un fondo estatal para evitar refinanciar pasivos, considerando que esa opción podía resultar más costosa.
Pemex se ha comprometido a no incrementar su endeudamiento neto para 2019, 2020 y 2021 y aspira a empezar a bajar su pesada deuda financiera -de 106,500 millones de dólares- a partir de la segunda mitad de 2022.
Velázquez dijo que en los primeros meses del año la firma logró una reducción de costos financieros de 10,000 millones de pesos (unos 526 millones de dólares).
La empresa también busca asegurar de nuevo en 2020 sus ingresos por exportaciones mediante la contratación de un programa de coberturas petroleras, siguiendo la estrategia de años recientes.
“Lo más probable (es que) sí (se contraten las coberturas). Lo ha venido haciendo la empresa”, dijo el funcionario.
Sin embargo, agregó que los cambios que han pedido corredores y comerciantes a la fórmula de precios para la cesta mexicana de exportación ante la entrada en vigencia de nuevas normas para los combustibles marítimos a partir de 2020 aún no están listos para iniciar la etapa de negociación con la banca.
Pemex apuntaría esta vez a cubrir alrededor del 35% de su plataforma total de producción de crudo, la cual ronda unos 1.7 millones de barriles por día (bpd), dijo Velázquez, quien agregó que los niveles de precios meta a negociar aún no se han definido.
Velázquez, quien considera que Pemex ha sido castigada en exceso por las calificadoras, dijo que la firma está enfocada en atender los problemas que ha arrastrado por años como la alta deuda, la pesada carga fiscal y las bajas inversiones en exploración y producción que afectan la reposición de reservas.
“Nosotros estamos con la atención en no descuidar el plan que tenemos trazado (…) porque eso va a permitir que las siguientes evaluaciones (de las agencias) sean positivas”, sostuvo el directivo, quien aseguró que la empresa se ha reunido frecuentemente con las calificadoras para explicar el plan.
Luego que Fitch rebajara la calificación crediticia de Pemex a la categoría de basura, el mercado está a la expectativa de que otras agencias hagan lo mismo, con lo que Pemex perdería su grado de inversión, posiblemente desatando una ola de ventas de bonos de la estatal, que abarcan cerca de 90,000 millones de dólares de la deuda financiera total, según Velázquez.
“Sabemos el riesgo. El riesgo no lo podemos negar, pero lo que estamos haciendo nosotros es ser muy proactivos, no descuidar el plan porque está dando resultados”, dijo al citar los beneficios logrados en abril y mayo: ahorros por el combate al robo de combustibles, menores costos de contratación para exploración y producción y reducción de gastos.
La empresa planea reducir su aporte fiscal al Estado en unos 8,890 millones de dólares entre 2019 y 2021 mediante la disminución gradual de la tasa del Derecho por Utilidad Compartida (DUC), que representa más del 80% de su carga impositiva directa. El gobierno ya emitió un decreto para ello aunque faltan algunos trámites legislativos.
“(Hay) problemas estructurales que no los puedes resolver en el corto plazo (…) pero lo que yo creo es que ya todas las calificadoras han asimilado y nos han entendido que estamos actuando de manera frontal en atacar esos problemas”, dijo.