Profesionistas que facilitan lavado de dinero, en la mira de las UIFs

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El Economista

Ciudad de México. Las unidades de inteligencia financiera de todo el mundo han puesto en la mira a los profesionales que facilitan servicios a los delincuentes de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo, a cambio de comisiones millonarias.

Dentro de los resultados de la última reunión plenaria del Grupo Egmont, el cual concentra a 164 unidades de inteligencia financiera de diferentes países, se hizo énfasis en conocer más a fondo las técnicas de los profesionales que facilitan el lavado de dinero, y se publicó un documento sobre las principales características de estas estructuras, que pueden recaer en una sola persona, organizaciones e incluso redes mundiales.

“Los facilitadores profesionales de lavado de dinero trabajan con recursos independientemente de su origen, brindando su experiencia para ocultar y disfrazar fondos ilícitos”, detalla el reporte del grupo, del cual la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda de México es parte.

“La principal característica que hace que los profesionales de lavado de dinero sean una clasificación única es que prestan los servicios de lavado de dinero a cambio de una comisión, tarifa o algún otro tipo de beneficio”, agrega.

Según el grupo, los profesionales de lavado pueden ser individuos, organizaciones o redes internacionales. Cuando trabajan de manera individual, estos profesionales suelen especializarse en actividades que facilitan el ilícito, por ejemplo, áreas de contabilidad, asesoramiento financiero, creación de empresas y acuerdos legales.

Las organizaciones dedicadas a brindar estos servicios tienen una estructura de dos o más personas, mismas que actúan como grupo especializado en brindar servicios para delincuentes.

“Cada miembro actúa como un profesional especializado que es responsable de las fases particulares del ciclo de lavado de dinero”.

Respecto a las redes internacionales, el grupo hace énfasis en que se trata de estructuras con varios componentes, con el fin de blanquear los recursos.

“Estas redes por lo general operan a nivel global y pueden incluir dos o más organizaciones profesionales de lavado que trabajan juntas”.

Funciones
Para el Grupo Egmont, estos profesionales que facilitan el lavado de dinero a los criminales tienen estructuras donde cada uno de sus componentes tiene un rol en específico para blanquear el dinero producto de un ilícito.

Según el documento, estos profesionales asignan en su estructura los roles de liderazgo y control, la promoción del servicio, mantener y gestionar la infraestructura por donde se blanquea el dinero, la gestión de documentos legales, la logística del transporte, la inversión o compra de activos (con capital ilícito), la recolección de los fondos ilegales y la transmisión de dichos capitales para ocultarlos y disfrazarlos.

“Comprender estos roles es importante para identificar todos los actores importantes y garantizar que todos los aspectos relevantes de los profesionales que facilitan el lavado se detecten, se interrumpan y finalmente se desmantelen”, expone el reporte.

El documento explica las tres etapas principales en la forma de trabajo de estos profesionales. La etapa uno consiste en la recaudación de los fondos ilegales, ya sea de manera física o electrónica, mediante empresas fachada que reciben los recursos, mismas que fueron creadas por estos profesionales.

Posteriormente, estos recursos pasan a una segunda etapa, que es llamada fase de capas, en donde los profesionales realizan diversas operaciones para esconder los fondos, ya sea mediante el manejo de efectivo o cuentas bancarias e incluso relacionadas con activos virtuales.

Una vez que se esconden esos recursos y son depositados en diferentes esquemas, se devuelven a los criminales o a sus socios cercanos, e incluso estos profesionales tienen permiso para invertirlos en bienes raíces, de lujo o negocios en el extranjero.

El Grupo Egmont destacó en el documento que aunque la mayoría de estos servicios se ofrece a los delincuentes por recomendación, también suelen ofertarse en Internet.

Asimismo, indicó que sus comisiones varían de acuerdo a la complejidad del esquema, los métodos utilizados e incluso por el nombre de los países donde se realizan o involucran dichos actos. “A menudo, (los profesionales) mantienen un sistema de contabilidad que contiene registros detallados con nombres en código”, puntualiza el reporte.

Más labor de inteligencia

Para Salvador Mejía, socio director de la firma Asimetrics, en México, donde se presume que se blanquean al año 50,000 millones de dólares, las redes criminales se pueden apoyar en este tipo de actores para lavar dinero. Sin embargo, la UIF no tiene la capacidad para ir contra este tipo de estructuras, pues su actuar sólo se limita al análisis de los reportes de operaciones que recibe tanto del sistema financiero como de las actividades vulnerables.

“Actualmente, no se tienen herramientas reales para poder llegar a esas redes (de profesionales de lavado)… La UIF se nutre sólo de reportes regulatorios. Es necesario que las unidades de inteligencia patrimoniales de los estados le provean más información”, indicó el directivo de la firma especializada en prevención de lavado de dinero.

En este contexto, Mejía destacó que, para que esto suceda, los diferentes actores gubernamentales dirigidos al combate al crimen deben realizar labores de inteligencia para detectar este tipo de profesionales.

“No hemos querido que nuestras agencias de seguridad gubernamentales trabajen como generadores de información sobre estos actos… Si queremos detectar a los que mueven los capitales ilícitos, la inteligencia no se debe limitar a sólo reportes regulatorios (como en la UIF)”, precisó el especialista.

Así actúan los profesionales:

Realizan transacciones financieras electrónicas por medio de diferentes cuentas bancarias desde la misma dirección IP.
Un solo sujeto o una sola organización abre y administra diferentes cuentas bancarias de manera coordinada.
Crean cuentas bancarias en una jurisdicción de empresas que están en un país distinto, con beneficiarios reales de una tercera nación.
Transfieren fondos al extranjero para comprar bienes que nunca documentan recepción o entrega.
Las compañías que se crean para mover los fondos pertenecen a sectores con una nula o ligera carga tributaria.