Zongolica, Ver. En la zona serrana del sur de Veracruz, ante indígenas con altos niveles de marginación y pobreza, el presidente Andrés Manuel López Obrador reavivó la polémica en torno al Coneval: “A ver, en honor a la verdad -la verdad es revolucionaria, la mentira es reaccionaria- ¿Quién conoce al Coneval? Que levante la mano.… ¿Quién no conoce al Coneval?”. La abrumadora mayoría convence al mandatario de su ineficacia.
Y continuó para desmentir al ex director del Coneval quien cuestionó su decisión: ¿Crearon para simular que atendían la pobreza, oficinas lujosas rentadas. Coneval es un edificio moderno, pero no lo conocen ni siquiera las comunidades, tan es así que las comunidades no los conocen tampoco a ellos, ya llevan 13 años al frente”.
El presidente sostuvo una reunión con personal médico del hospital rural de Zongolica y la comunidad abierta, en donde reconoció la situación del sector salud pues “dejaron los hospitales por los suelos. No es para consolar a los de la Sierra de Zongolica, sin medicinas, sin médicos, sin enfermeras, no alcanzan las instalaciones ¿qué culpa tienen los médicos? ¿Que culpa tienen las enfermeras?”.
Se realizó un encuentro peculiar en una comunidad dividida, encabezada por doctores y enfermeras recientemente despedidas de las unidades médicas de los alrededores. Una treintena de personas intentaron ingresar por la fuerza a la sede del hospital y lo lograron parcialmente. Entre gritos y empujones denunciaron despidos injustificados y repudiaron el informe del director del hospital rural, José Manuel Grajales, y lo tildaron de falso.
El informe da cuenta de que en cinco años, dijo, sólo han tenido una muerte por maternidad, pero también demandó apoyo para subsanar las carencias porque el hospital opera saturado, con un 160 por ciento de ocupación. A la distancia, el presidente escuchaba los gritos que cuestionaban la veracidad del informe y reclamaban su reinstalación, hasta que finalmente fueron contenidos,y no pudieron ingresar al espacio donde se llevaba a cabo el encuentro.
En cuanto López Obrador inició su intervención, se fueron apaciguando los ánimos del grupo inconforme, que escuchó el ofrecimiento presidencial de que habrá basificación.
En este marco condenó la corrupción que ha llevado a esta situación al país y al sector salud, todo por los funcionarios obsesionados por el dinero. “No al cochino dinero”, dijo.
El presidente anunció que restructurará el sistema de salud y eliminará las diferencias en la atención a los pobres, no habrá enfermos de primera y de segunda.
La Jornada