Isonomía:Tips mínimos para entender la 4T

0
336

Alberto Alonso Criollo

La 4T despliega  un inédito proyecto de transformación social que  no se asemeja a los modelos típicos de cambio revolucionario.  Es un modelo que se despliega en clave democrática de inclusión y de respeto a los derechos sociales con apego al estado de derecho. Su legitimidad de izquierda se reivindica de modo general,  en su pretensión nacionalista de fin de la corrupción y fin de los privilegios no ajustados a prácticas meritocráticas.

La política, instancia comandante de la unidad social, se revela como  síntesis de contradicciones o de amalgamiento de la totalidad de factores  en la unidad social. La jerarquía de la dimensión de la política en la sociedad,   supone  las condiciones materiales y humanas prevalecientes en el nivel nacional e internacional,  que al final termina por influir. La economía, la cultura; las prácticas sociales y políticas, además de sus entramados institucionales  despliegan su presencia en la esfera política.

Todos estos factores internos, dimensionados, acotados por las circunstancias y  correlaciones de fuerza externa, global, que se asumen como contexto actuante en la conformación del escenario nacional. En particular, la vecindad con Estados Unidos, implica  una compleja relación que necesariamente está presente en un proyecto nacionalista, responsable y  con racional vocación transformadora.

Por eso el estadista debe tener claro que el proyecto principal, la transformación de la sociedad mexicana, debe tener en cuenta los equilibrios en el entorno global y en todas las esferas de la sociedad que en su interacción podrían generar crisis sectoriales que al final podrías alterar los equilibrios macros. Por eso, el cuidado de las vertientes macroeconómicas que la historia confirma como básicas, al margen de las ideologías o los modelos de economía.

No se diga, con la vertiente cultural e ideológica que da soporte a la lucha política. Ahí el proyecto de transformación con AMLO a la cabeza  está ganando la batalla en la conducción de la agenda pública y del diálogo social  gracias a la mañanera, las redes sociales, el súbito repunte del diálogo social y la participación política popular, muy  a pesar de las deficiencias organizativas de la plataforma política, el partido político Morena,  que acompaño el ascenso de la 4T. 

De extraordinaria importancia es ver, bajo esta perspectiva, como el fenómeno de comunicación directa, entre iguales, cotidiano,  expresado como fenómeno de diálogo y negociación social ha resistido con éxito los embates comunicacionales que los actores privilegiados del viejo régimen, orquestan cotidianamente contra el proyecto de transformación. Muy probablemente ahí este el gran bastión del cambio que no  se acaba de entender plenamente.

Por supuesto que en la lucha por conducir la agenda de diálogo social,  residen las grandes posibilidades de éxito a largo plazo del proyecto de cambio. Las matrices comunicacionales en la sociedad contemporánea indican el derrumbe de los medios  impresos y de video tradicionales al tiempo que crecen las oportunidades de comunicación más auténticas de la ciudadanía, no solo a través de las redes sino de las estrategias de discusión colectiva directas en que las personas crecientemente se involucran. 

Ahí está una gran oportunidad de cambio, sin duda.