Financiero
El impuesto a refrescos, bebidas saborizadas y energéticos de 1.24 pesos por litro, propuesto en la iniciativa de la Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020, dejará ingresos estimados a las arcas del gobierno por más de 28 mil 660.5 millones de pesos anuales, con lo que superaría en 72 veces al presupuesto para la Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes de 393.9 millones de pesos.
Al respecto, Miguel Ángel Temblador, socio de la práctica de impuestos de KPMG en México, explicó que la recaudación del IEPS a bebidas saborizadas tiene como finalidad usarlo para atender a personas con problemas de obesidad y diabetes asociadas a la ingesta de productos calóricos, aunque refirió que a la fecha no saben si el gobierno ejerce el dinero de este gravamen para esta problemática.
“Esa fue la exposición que nos dio el gobierno que era para eso (el IEPS) y si se ejerció de manera distinta no tengo argumentos para demostrarlo, pero claramente es un aumento de impuestos”, dijo Temblador.
Para el próximo año, Hacienda prevé que dicho impuesto se incremente 8.5 por ciento con lo que pasaría de los actuales 1.17 pesos por litro que se cobraban desde 2014 a 1.24 para 2020.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) afirmó que, para incrementar la eficacia de estos impuestos, es necesario que los recursos obtenidos sean utilizados para fortalecer el sistema de salud.
Sin efecto en consumo
Por lo pronto, analistas anticipan que, a pesar del posible aumento en la tasa impositiva, dicho gravamen no disminuirá las ventas de las refresqueras, pues el volumen de comercialización creció 0.6 por ciento entre 2017 y 2018.
En el mismo sentido, Alejandra Marcos, directora de Análisis de Intercam Casa de Bolsa, aseguró que, pese a los impuestos, las embotelladoras como Arca Continental y Coca-Cola FEMSA han logrado sortear la implementación de estos impuestos en el pasado.
“En el 2018 cuando el impuesto pasó de 1 peso a 1.17 pesos por litro, los volúmenes de las embotelladoras se mantuvieron creciendo, inclusive por arriba del PIB, mientras que en el portafolio total los precios subieron más que la inflación. Esto es una muestra que aun con un incremento de 17 por ciento las embotelladoras lograron darle la vuelta al impuesto”, explicó en un reporte.
Una de las categorías con tasas de crecimiento más altas dentro de la industria es la de refrescos de cola no calóricos, con un crecimiento de 26.10 por ciento al cierre de 2018.
En este sentido, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) explicó que cuando se implementó el IEPS, el consumidor en un principio reaccionó al cambio de precio, pero retomó el consumo habitual, pues existe un efecto de sustitución por otras bebidas y alimentos.
EL CIEP calculó que la caída en el consumo de refrescos con el nuevo impuesto sería de 0.89 por ciento.