Forbes
La historia energética entre México y Estados Unidos abrió un capítulo nuevo. Esta vez por la importación de petróleo y un choque de versiones entre sus autoridades.
La Administración de Información Energética (EIA por su siglas en inglés) informó que nuestro país importó 533,000 barriles de aceite desde la principal economía del mundo durante julio de 2019.
Pero la Secretaría de Energía (Sener) respondió a Forbes México que la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) no realizó dicha actividad comercial. “La información es incorrecta”, agregó la dependencia encargada de la política energética de nuestro país.
Esta publicación consultó a Pemex sobre el tema, pero no obtuvo respuesta.
No es la primera vez que nuestro país compra petróleo en su historia reciente. Aunque hay registros de importaciones desde 1996, el más significativo ocurrió el 22 de octubre de 2018, cuando la petrolera estatal informó que su filial PMI compró 1.4 millones de barriles con aceite crudo ligero “Bakken”.
El petróleo de la empresa Phillips 66 fue entregado en cuatro cargamentos de 350,000 barriles durante noviembre del año pasado, debido a que las refinerías mexicanas están configuradas para procesar aceite ligero, mientras que Pemex produce mayoritariamente crudo pesado.
Un día después del anuncio, el entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador criticó esta compra y calificó la operación como el fracaso de la política económica en nuestro país durante las últimas tres décadas.
El anuncio de que Pemex contrató la compra de un millón 400 mil barriles de petróleo al extranjero es una muestra más del gran fracaso de la política económica neoliberal o neoporfirista de los últimos 30 años.
El gobierno del político tabasqueño, bajo la promesa de recuperar la soberanía energética mexicana, pretende reconfigurar las seis refinerías de la compañía estatal para que puedan procesar el crudo adecuado, además de construir una séptima en el puerto de Dos Bocas, Tabasco con el fin de abatir las importaciones de gasolina y diésel, que hoy representan 60% de la oferta nacional.
Mientras tanto, la compañía que dirige Octavio Romero Oropeza intenta estabilizar la producción petrolera de la compañía, que ha caído a niveles de 1.6 millones de barriles diarios desde un máximo histórico de 3.4 millones en 2004. López Obrador prometió elevar la plataforma petrolera a 2.4 millones de barriles diarios al final de su sexenio. Para lograrlo, Pemex presentó un plan que pretende desarrollar 20 campos prioritarios.
Mientras tanto, Hacienda prevé exportar 1.4 millones de barriles al final del 2024, lo que provocaría un déficit de 150,000 a 250,000 barriles diarios de crudo.