El taller La Buena Impresión busca talentos de Oaxaca para proyectarlos en el mundo

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Proceso

“Oaxaca es un caso extraordinario porque es la capital que tiene más prensas en el mundo y una enorme producción gráfica”, afirmó el artista Fernando Aceves Humana durante la inauguración del taller La Buena Impresión, el cual tiene como objetivo principal buscar talentos en comunidades rurales para darles proyección nacional e internacional.

Además, buscan que estos nuevos talentos se desarrollen en el ámbito de las artes visuales, con enfoque en la excelencia en las artes gráficas, y fomentando el oficio tanto de artista como de impresor profesional.

Y es que “el corazón del taller es una prensa eléctrica de Litografía Voirin de 1909 donada por parte de los artistas litógrafos Evelyn Julie Gerbaud y Patrick Devreux”, resalta el texto de sala del taller que nació de la iniciativa del Colectivo Tequio, la Buena Impresión, que está integrado por Fernando Aceves Humana, Francisco Castro Leñero, Dk. Lakra (Jerónimo López Ramírez), Daniel Flores, Daniel Barraza, Adriana María Vigné y Gloria Reyes.

Cabe resaltar que a pesar de existir más de dos mil solicitudes en el mundo para que los artistas franceses Patrick Devreux y Evelyn Julie Gerbaud donaran la máquina eléctrica, eligieron a Oaxaca para ser su casa.

El pintor reconoció que el proyecto estaba pensado para llevarlo a Camboya, donde donaron una prensa de grabado y el material para la fundación del taller de impresión Char-RUFA de la Royal University of Fine Arts, de Phnom Penh, el cual se convirtió en el primer taller de grabado en la historia de ese país, donde reinsertaron las técnicas de litografía y fresco, oficios perdidos a causa del genocidio y las guerras civiles que asolaron al país entre 1975 y 1994.

“Viajando por allá nos dimos cuenta que no había una prensa de grabado en todo el país. Es un país donde hubo un genocidio donde fallecieron uno de cada 4 ciudadanos y el 95% del profesorado nacional no sobrevivió, entonces, lo que queríamos hacer es restablecer los niveles académicos que tenía la Royal University of Fine Arts, de Phnom Penh y donamos una prensa desde acá Oaxaca”.

Además, agregó, formamos 70 maestros impresores en un oficio que solo existe dentro del campo de la universidad, aunque ahorita, ya hay dos prensas afuera y la idea era exportar la experiencia oaxaqueña a Camboya y ahora lo que estamos haciendo es exportar la experiencia camboyana a Oaxaca”.

Ahora, el equipo de voluntarios que dieron clases allá quiere establecer el mismo método en comunidades de Oaxaca, entonces, la justificación es esta prensa que es muy rápida y permite una enseñanza muy especializada.

El coordinador de proyectos educativos dijo que “lo que vamos a hacer es ir a comunidades a dar clases, enseñar historia del arte, dibujo, pintura, grabado y litografía y escoger a los mejores para que vengan a formarse aquí (al taller La Buena Impresión) y después apoyarlos en su propia producción”.

Adelantó que ya tienen seleccionadas a las comunidades donde van a escoger a los 10 mejores maestros o alumnos para formar una carpeta para coleccionistas. La idea es que los coleccionistas compren la obra durante un año de cada artista, que lo protejan, que difundan su trabajo y protejan su inversión para que se les doblete en un tiempo.

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Considera que “en Oaxaca hay gente muy capaz y muy creativa, y al final del año vamos a mandar al mejor a dar clase a Camboya y que un camboyano venga a dar clases acá”.

La idea es poder contar con apoyos privados y gubernamentales porque es un proyecto muy costoso que básicamente es para pagar salarios de maestros comunitarios y becar a chavos de comunidades para que vengan a formarse, puntualizó.

Detalló que la idea es que “se haga una red, cada alumno que venga se va a llevar un kit de material de óleo para 20 personas y tiene que demostrarnos mediante el trabajo que él dio clases a 10 de sus compañeros, es parte de proyecto de este año que hay una repercusión dentro de las comunidades”.

Entonces, abundó, “lo que queremos hacer es divertirnos con la producción de los artistas y también enseñar y dar la oportunidad a los jóvenes de poder aprender y usar esta técnica donde “tenemos la fortuna de que vino Francesco Siqueiros, Patrick Devreux y Evelyn Julie Gerbaud a enseñar y perfeccionarnos con el maestro Daniel Barraza, que tiene un mérito enorme”.

Al afirmar que Oaxaca es la capital con más prensas en el mundo, sostiene que han de haber entre 70 u 80 imprentas.

A su vez, el Dr. Lakra manifestó que desde hace ocho años que inició el proyecto comenzó a apoyar a Fernando donando algunas obras para “comprar la máquina, y así es como hemos seguido participando y nos volvimos más amigos. Ya nos conocíamos y nos hablábamos, y a partir de este proyecto nos hicimos más cercanos”.

Lo que más le motivo a seguir es “toda la energía de Fernando, fue él quien me invitó a participar desde antes de la maquina ésta, desde que empezó a hacer el proyecto en Camboya y doné algunas cosas para hacer la subasta”.

Y continuará apoyando, “yendo a las comunidades, ayudando a los chavos, jalando nuevos talentos o buscando gente en las comunidades”.

Considera que es interesante lo que tiene el taller, porque junto con la máquina también trajeron piedras de Saint Christol de Rodières, que eran para hacer un trabajo comercial y ese tipo de piedras estaban en unos talleres donde estaban 100 obreros y 200 piedras, y hacían etiquetas para vino, champagne, chocolates, poster o reproducciones de arte, pero no estaba considerado como un instrumento para crear arte, y ahora que está en desuso y que el offset sustituyó el trabajo de la litografía, la litografía se vuelve como una cosa artística, es interesante cómo las cosas van cambiando de lugar según la época donde estés”.

Respecto al movimiento cultural que existe en Oaxaca, opinó que “es como un arma de dos filos: tienen una parte muy positiva que la gente puede tener mucho acceso a algo que tal vez no existía o era algo de difícil acceso y ahora a la vez se ve demasiado choteado, cada vez es más difícil u original”.

Por su parte, el litógrafo Daniel Barraza, quien quedó al frente del taller, informó “que la maquina es de 1905. Es una pieza de museo. Fue hecha para producción comercial masiva. Esta máquina es antecesora del offset, es el mismo principio del offset, la parte que tiene ventaja de las prensa manuales es que en 10 minutos tienen 20 impresiones y en una prensa normal para yo hacer 30 impresiones me llevo de 6 a 8 horas”.

“Sabemos que Oaxaca tiene históricamente ya una fuerza con la gráfica. Sabemos que hay muchos talleres. Sin embargo, a mi me sorprende porque Oaxaca tiene esa particularidad de que tiene una cantidad de talleres de gráfica, de pintores, de producción en el arte, entonces, una más esperemos hacer la diferencia. Esa es la otra parte importante a veces no importa la cantidad, sino hacerlo bien y amar el trabajo, con energía, hacer esa diferencia”, puntualizó.