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La Fiscalía de México pidió la ayuda de Interpol para dar con el paradero del exjefe del poderoso sindicato de trabajadores petroleros del país, quien renunció la semana pasada en medio de investigaciones en su contra por corrupción, dijo el sábado a Reuters una fuente del Gobierno.
A mediados de octubre, Carlos Romero Deschamps abandonó la jefatura del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), un cargo que ocupó desde 1993. Y el sábado, el periódico local Milenio aseguró, citando fuentes oficiales, que habría salido del país.
“La Fiscalía pidió la intervención de Interpol”, aseguró a Reuters el funcionario que solicitó el anonimato por no estar autorizado a declarar. La fuente no confirmó que Romero haya abandonado el país: “Puede estar aquí pero no está localizable”, dijo.
La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) no estuvo inmediatamente disponible para comentar el asunto. En la página web de Interpol aún no aparecía Romero Deschamps como buscado.
Sobre Romero, de 76 años, pesan al menos dos denuncias por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Por años, el exdiputado y exsenador del PRI -el partido que condujo los hilos del país por 71 años consecutivos hasta el 2000- ha sido señalado de presunta corrupción y de usar los fondos del sindicato para enriquecerse. Sin embargo, nunca fue acusado formalmente.
Diversos medios mexicanos han reportado la vida de lujo de Romero y su familia: Ferraris, relojes de oro de 18 quilates, yates y departamentos en las zonas más exclusivas de Miami son algunas de sus supuestas posesiones y de sus parientes.
Sin tapujos, los hijos de Romero han mostrado imágenes de sus viajes alrededor del mundo en redes sociales, a veces en jets privados, y de sus compras en tiendas de lujo.