La Jornada
El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón, se basó en un análisis de la Secretaria de Economía (SE) y no en un reporte hecho por el Banco de México (BdeM) y la Secretaría de Hacienda, como aseguró al Congreso, para calcular el impacto en la economía mexicana si Estados Unidos hubiera impuesto aranceles a las importaciones mexicanas, informó ayer la cancillería.
La dependencia entregó a La Jornada el estudio que la SE hizo para calcular el efecto que hubieran tenido los gravámenes que Estados Unidos pretendía poner sobre productos mexicanos. En él concluye que las afectaciones habrían sido mayores que si se hubiera cancelado el Tratado de Libre Comercio, y si las tarifas que se impusieran llegaban a 10 por ciento o más, el efecto negativo pudo ser mayor que el de las grandes crisis recientes que ha enfrentado México.
Este diario publicó ayer que tras elaborar diversas solicitudes de información a las instancias mencionadas, el reporte al que aludió el canciller en el Senado no fue encontrado por las dependencias señaladas.
Se pidió una posición sobre el particular y en una nota aclaratoria la Dirección de Comunicación Social expuso que en junio la SRE solicitó un análisis a la Secretaría de Economía para conocer el impacto sobre el PIB, los empleos y las exportaciones de México que hubieran tenido con los aranceles que Estados Unidos pretendía imponer a productos mexicanos.
Para obtener esas estimaciones se consultaron diversas fuentes, todas ellas públicas, tanto de instituciones gubernamentales como académicas. Hay que recordar que durante la comparecencia del 14 de junio ante la Comisión Permanente del Congreso, el canciller expresó: “Bueno, preguntamos al Banco de México, a Hacienda, nos dijeron: ‘Una guerra comercial como ésta probablemente significaría provocarle a México una crisis o una dificultad económica similar a momentos muy difíciles que se han vivido’.
En cifras, nos mandaron un reporte, una proyección de hasta 10 por ciento que ya la doctora (Graciela) Márquez lo explicará con más detalle, de que se podrían perder más de un millón de empleos y que el costo para todas y todos nosotros sería como incrementar el IVA, de 16, quizá hasta 25 por ciento, para ponerlo en términos de vida cotidiana.
La oficina a cargo del portavoz de la cancillería, Roberto Velasco, informó que según el análisis de la SE “si se hubiera cancelado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte el PIB nacional se hubiera contraído 0.88 puntos porcentuales, las exportaciones habrían caído entre 6.05 y 17.4 por ciento y se hubiesen perdido 951 mil empleos.
Bajo el escenario de aranceles de 5 por ciento que planteaba Estados Unidos, el impacto en la economía mexicana hubiera sido mayor: el PIB se hubiera contraído 1.12 puntos porcentuales al año, las exportaciones hubieran caído entre 7.72 y 22.19 por ciento y se hubieran perdido 1.21 millones de empleos. En el caso de que las tarifas habrían llegado a 10 por ciento, el impacto esperado sería el doble de lo anterior: el PIB se pudo contraer 2.24 puntos al año, las exportaciones habrían caído entre 15.44 y 44.38 por ciento y la pérdida de empleos se estimaría en 2.42 millones, reportó la dependencia al citar el estudio.
La oficina de la SRE indicó que se tomaron como referencia datos del Sistema de Información Económica del Banco de México, las Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, así como los estudios Asociación Comercial Mundial 2018, Terminación del TLCAN: los impactos nacionales y por estado en el empleo, las exportaciones y la producción. Mesa redonda de negocios, de Walmsley, T. y Minor, P., 2017, así como el análisis Revertir el TLCAN: una perspectiva en la cadena de suministro, del documento de trabajo de ImpactECON y del Grupo de Solución de Comercio Mundial Integrado, así como del Banco Mundial.