Escepticismo de defensores de DH sobre la ‘ombudsperson’

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La Jornada

La designación de Rosario Piedra Ibarra como nueva titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) generó dudas y escepticismo entre organizaciones civiles, las cuales señalaron que su llegada pareció obedecer más a acuerdos políticos que a sus méritos personales, al tiempo que el ombudsman saliente, Luis Raúl González Pérez, le deseó suerte y se puso a su disposición para ayudarla en lo que requiera.

Grace Fernández, integrante de la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México, subrayó que al margen de su opinión personal sobre Piedra Ibarra, lo que preocupa es el proceso, porque volvemos a ver que los indicadores y las preguntas sobre la idoneidad de los candidatos realmente no sirvieron para tomar la decisión final sobre el tema.

Esto tiene olor a pago de deuda política del Presidente, más que ser realmente una estrategia del Senado de buscar un perfil idóneo. La lucha de la familia Piedra Ibarra es indiscutible, pero el titular de la CNDH debe tener una visión más amplia de todo lo que sucede en el país, y no sólo de temas como la desaparición forzada.

El reto para Rosario es demostrar de qué lado está: si de las víctimas o de las instituciones. Uno esperaría que llegue con el mazo en contra de las fuerzas armadas, los regímenes anteriores y las instituciones que siguen sin procurar justicia. Ojalá que tome ese olor a acuerdo político como un reto para demostrar que está ahí por sus méritos.

Por su parte, Blanca Martínez, directora del Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, coincidió en que respeta a Piedra Ibarra y su familia, pero estimó que su designación fue producto de compadrazgos e intereses políticos que se interpusieron a los intereses de las víctimas.

Independientemente de su historia personal de lucha, Piedra Ibarra no cubre suficientemente el perfil para ser titular de la CNDH. Todo se puede aprender, pero volvemos a las viejas prácticas de simulación democrática en un país donde hay más de 47 mil personas desaparecidas, más de 200 mil asesinados en los últimos diez años y un sinnúmero de víctimas de desplazamiento forzado.

La activista señaló que si la llegada de la nueva ombudsperson se debió a acuerdos partidistas, la gran duda es si alguien que es militante del partido en el poder (Morena) va a tener la ética y la valentía de pensar más allá de sus intereses de grupo.

En su cuenta de Twitter, Amnistía Internacional México exigió que el trabajo de la nueva presidenta de la CNDH siempre esté orientado a garantizar que las personas en México cuenten con una institución que sea un contrapeso del Estado frente a posibles violaciones de derechos humanos, que actúe con imparcialidad, que sus recomendaciones cuenten con el debido seguimiento y tecnicidad requeridos, que mantenga el diálogo con la sociedad civil y ponga a las víctimas en el centro de su trabajo.

El titular saliente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez, se limitó a desear suerte en el cargo a su sucesora, pero se negó a hacer algún comentario sobre la idoneidad de la nueva ombudsperson. Deseo que le vaya bien, porque si le va bien a ella, le va bien a las víctimas, indicó.