La Jornada
Todo está listo para el histórico voto en la Cámara de Representantes de cargos formales contra Donald Trump, los cuales, de acuerdo con la Constitución, ameritan la destitución del presidente, evento que por ahora está programado para mediados de la próxima semana.
Después de una sesión que se prolongó durante más de 18 horas, al darse un intenso pero poco consecuente debate, el Comité Judicial de la cámara aprobó ayer los cargos formales, conocidos como “artículos de impeachment”, último paso antes de la votación ante el pleno.
Este es un día solemne y triste, comentó el presidente del Comité Judicial, Jerrold Nadler, al señalar que “por tercera vez en poco más de siglo y medio, el Comité Judicial de la cámara ha votado artículos de impeachment contra el presidente por abuso de poder y obstrucción del Congreso”.
Trump es formalmente impeached en el momento en que la cámara apruebe los cargos, algo que ha sucedido sólo dos veces antes en la historia de Estados Unidos (Richard Nixon renunció antes de llegar a este punto).
Una vez aprobados los cargos serán presentados ante el Senado el cual se transforma en tribunal para el juicio político, donde el jefe de la Suprema Corte preside, los senadores asumen el papel de jurado y los abogados de los acusadores (la cámara baja) y del acusado (el presidente) argumentan el caso. Todo eso arrancará a principios de 2020.
Sin embargo, el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, dejó claro la noche del jueves lo que todos ya suponen: hay cero posibilidad de que la cámara alta vote a favor de la destitución de Trump (se requiere dos tercios del total de 100 senadores). Más aún, McConnell prometió que habrá coordinación total con la Casa Blanca para manejar el juicio político. Todos sabemos cómo va ha acabar.
Trump siguió disparando su ametralladora de tuits, rompiendo récords esta semana, para denunciar a todos los que se han atrevido a acusarlo dentro y fuera de su régimen. En comentarios a la prensa durante la visita a la Casa Blanca del presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, Trump reiteró que el proceso es algo muy triste para nuestro país, pero parece ser políticamente muy bueno para mí, en referencia al argumento de que durante su campaña de relección podrá enfatizar que fue exonerado ante la cacería de brujas impulsada por sus contrincantes.
Tuiteó su mensaje constante de “¿Cómo uno puede ser impeached cuando uno no ha hecho nada mal… y ha creado la mejor economía en la historia de nuestro país?”, entre otros logros que no tienen nada que ver con las acusaciones en su contra.
La defensa de Trump no se centra en la sustancia de los cargos, sino más bien en acusar que los demócratas y otros enemigos (los medios, ex colaboradores, críticos de todo tipo) están usando todo esto para intentar superar la derrota de 2016 y frenar que se repita la victoria del presidente en 2020.
La propaganda electoral de Trump se enfoca justo en ese mensaje. Como comenta Susan Glasser del The New Yorker, esto llega a niveles bastante raros. Cuando se presentaron los artículos de impeachment esta semana, la campaña de relección del presidente tuiteó un video con la cara de Trump sobrepuesta en el cuerpo del villano Thanos, personaje de una de las películas de Los Avengers, del universo Marvel. Thanos es un guerrero dispuesto a destruir a la mitad de la vida en el universo y declara que su triunfo es inevitable, o sea, es un supersicópata. El mensaje de la campaña de Trump que acompaña la imagen dice que los demócratas pueden hacer lo que quieran con el impeachment, pero la relección del presidente Trump es inevitable. Lo que no dicen y parece que no vieron la película completa, es que en ese cuento Thanos proclama que es invencible sólo para ser aplastado por Iron Man poco después.