Tribuna
El Ejército mexicano pretende evitar que otros grupos de la delincuencia organizada busquen copien lo sucedido en Culiacán, Sinaloa el pasado 17 de octubre.
Esa tarde, después de un operativo para capturar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, se debió liberarlo y por eso reservó por cinco años los partes informativos.
Según el Estado Mayor de la Defensa Nacional, la reserva de información se sustenta en que quedó demostrada la “presencia real” del Cártel de Sinaloa (CDS), su capacidad de organización y de fuego con lo que logró originar temor en la población y “presionó al Gobierno federal para cesar las acciones que realizaban en su contra”.
La dependencia asegura que la divulgación de esta información puede provocar que la delincuencia organizada “que opera en todo el país” estime los efectivos y capacidades del Ejército para tratar de emular en otras ciudades los hechos ocurridos en Culiacán.
El comunicado dice:
Al difundirse la información solicitada, integrantes de la delincuencia organizada que operan en todo el país estarían en condiciones de estimar nuestros efectivos y capacidades para tratar de emular los actos suscitados en Culiacán, en las distintas entidades del país en las que tienen presencia”.
Y agrega:
(Esto) con la finalidad de obligar al Ejército mexicano a emplear y desgastar a los efectivos militares, provocando el descuido de las áreas prioritarias del país y el cumplimiento de las misiones generales del Ejército”.