Excelsior
Rosalía Vicente de la Cruz Na Rosita, personaje emblemático e icono de la reconstrucción del sismo hace tres años, falleció a los 78 años de edad, dejó por herencia su sonrisa dibujada en el rostro, la misma con la que recibió a propios y visitantes cuando la encontraba en el mercado donde vendía flores, en las calles de Unión Hidalgo, también conocido cariñosamente como Ranchu Gubiña.
Ella fue la primera que aceptó la propuesta del Colectivo Binni Cubi (gente nueva) que consistió en permitir que estos artistas urbanos plasmaran su rostro en un muro de la Avenida 21 de Marzo, de esta municipalidad zapoteca, de la región del Istmo.
“Tal vez si Na Rosita se hubiera negado desde un principio no habríamos pintado ninguno de los murales”, comentó uno artistas urbanos del Colectivo.
“Pero, cuando le platicamos de lo que se trataba, y con una sonrisa sintió la aprobación de su esposo, no dudó en aceptar y dejarse tomar las fotos que necesitábamos, para luego pintarla en la avenida”.
“Eso nos ayudó a creer que podríamos encontrar a muchos personajes que quisieran ser pintados, como parte del proyecto cultural zapoteco, ‘Nuestros abuelos, nuestras raíces’, dijo.
A pesar de las vicisitudes de la naturaleza como ocurrió en el terremoto del siete de septiembre de 2017, cuando se vino abajo una parte del mural donde fijaron su rostro, pero que quedó en pie su sonrisa; actualmente, son 11 murales en igual número de paredes de las viviendas de Unión Hidalgo.
Na Rosita falleció justo al cumplirse los primeros 40 días del deceso de su compañero de vida y padre de sus hijos, su esposo Ta Noque.
El fallecimiento de esta guerrera zapoteca, ícono de la reconstrucción, cuyo rostro se viralizó a partir de los primeros recorridos que realizó la prensa por Unión Hidalgo cuando los habitantes atravesaban por el desasosiego y el abandono a causa de la pérdida de vidas humanas y del patrimonio.
Su muerte consternó a muchos, hayan o no interactuado con ella. Na Rosita fue parte de pueblo de Oaxaca, por su gesto amable, por su rostro apacible, pero ante todo fue símbolo de la reconstrucción.