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La falta de sueño es un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer. Las personas con la enfermedad tienden a despertarse cansadas, y sus noches se vuelven aún menos refrescantes a medida que la pérdida de memoria y otros síntomas empeoran. Pero cómo y por qué las noches inquietas están relacionadas con la enfermedad de Alzheimer?
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St Louis pueden haber descubierto parte de la explicación. Descubrieron que las personas mayores que tienen menos sueño de onda lenta (el sueño profundo que necesita para consolidar los recuerdos y despertarse sintiéndose renovado) tienen niveles más altos de la proteína “tau” del cerebro. La tau elevada es un signo de la enfermedad de Alzheimer y se ha relacionado con daño cerebral y deterioro cognitivo.
Los hallazgos, publicados en las últimas horas en Science Translational Medicine, sugieren que un sueño de mala calidad en la edad adulta podría ser una señal de alerta para el deterioro de la salud del cerebro.
“Lo interesante es que vimos esta relación inversa entre la disminución del sueño de onda lenta y más proteína tau en personas que eran cognitivamente normales o con un deterioro muy leve, lo que significa que la actividad de onda lenta reducida puede ser un marcador para la transición entre normal y deteriorado”, dijo el primer autor Brendan Lucey, profesor asistente de neurología y director del Centro de Medicina del Sueño de la Universidad de Washington.
“Medir cómo las personas duermen puede ser una forma no invasiva de detectar la enfermedad de Alzheimer antes o justo cuando las personas comienzan a desarrollar problemas de memoria y pensamiento”.
Los cambios cerebrales que conducen al Alzheimer, una enfermedad que afecta a aproximadamente 5,7 millones de estadounidenses, comienzan de manera lenta y silenciosa.
Hasta dos décadas antes de que aparezcan los síntomas característicos de pérdida de memoria y confusión, la proteína beta amiloide comienza a acumularse en placas en el cerebro, seguido de atrofia de áreas clave del mismo.
Solo entonces las personas comienzan a mostrar signos inconfundibles de deterioro cognitivo.
El desafío es encontrar personas encaminadas a desarrollar Alzheimer antes de que tales cambios cerebrales debiliten su capacidad de pensar con claridad. Para eso, dormir puede ser un marcador útil.