Jorge Oropeza
Una política pública es, en palabras sencillas, un proyecto del Estado para solucionar problemas concretos. Como ejemplo están las acciones permanentes de vacunación, los planes educativos y los programas para prevenir delitos.
Pareciera que esto es una obligación exclusiva del Gobierno, sin embargo, el Estado también está compuesto por la sociedad. Y es ahí, en la ciudadanía, en donde existe una forma extraordinaria para provocar acciones que alivien necesidades. Por ello, debemos identificar cuatro elementos indispensables para crear una política pública ciudadana.
El primer elemento es justamente la naturaleza ciudadana, es decir, que la política pública surja de personas ajenas al poder que escriban las reglas básicas para su implementación. Un segundo punto son los esfuerzos institucionales transversales, en palabras sencillas, que todas las acciones se repartan entre varias instituciones y que éstas avancen vinculadas pero con autonomía, evitando que la cancelación de alguno de los esfuerzos altere los otros. Aquí es fundamental la participación de las universidades.
El tercer elemento es la legitimación para que esta política pública que surge de la ciudadanía sea legislada o reconocida desde el poder. Con esto se consolida un modelo ideal de Gobierno Abierto que escucha y gobierna obedeciendo.
Finalmente, están las acciones con permanencia, o lo que es lo mismo, que cada ejercicio de esta política ciudadana vaya enfocado claramente a la solución eficiente de un problema y que las instituciones participantes generen mecanismos de implementación y seguimiento propios que garanticen continuidad y que, a su vez, sean vigilados por observadores y observadoras ciudadanas externas.
En México, particularmente en materia de prevención de la corrupción, podemos ver ejemplos exitosos de políticas públicas ciudadanas como es el caso de la Declaración 3 de 3 de Transparencia Mexicana con la que se logró la observación obligatoria en materia fiscal, patrimonial y de conflicto de intereses para las y los funcionarios públicos. O la política preventiva anticorrupción Yo Amo un Estado Honesto que surge en Oaxaca y han retomado integrantes de la Red Nacional de Comités de Participación Ciudadana para promover valores en las instituciones de educación superior.
