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Mientras el empresariado mexicano descalifica el nuevo etiquetado, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) destacó el contenido de la medida apegado a las mejores prácticas internacionales y su respaldo científico.
En un comunicado, el representante del organismo en México, Christian Skoog, deseó que su implementación se dé a la brevedad posible.
“El etiquetado recientemente aprobado por México contempla las mejores experiencias internacionales y la evidencia científica más actualizada y relevante, por lo que podría incluso convertirse en un ejemplo para otros países que atraviesan este proceso de lucha contra el sobrepeso y la obesidad”, señaló.
El organismo destacó justamente los aspectos que la industria mexicana ha criticado de la medida: su claridad, sencillez e información que ofrecerá a los consumidores sobre el exceso de nutrientes que contribuyen al sobrepeso y la obesidad, lo que consideró que atenta contra la salud de la infancia.
Apenas este martes, el Consejo Mexicano de la Industria del Consumo (ConMéxico) expresó su inconformidad con el etiquetado al señalar que la medida no informa, no educa y castiga a productos que por su porción se mantienen al margen de las medidas establecidas por la NOM 051.
Además, la semana pasada junto con el Consejo Coordinador Empresarial, el Consejo Nacional Agropecuario y la Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana, ConMéxico se pronunció en contra del etiquetado por restar la oferta de información al consumidor y no ayudar a la comprensión del tema nutricional, cosa que activistas que promovieron la medida refutaron.
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De acuerdo con Carlos Monroy, director general de La Moderna, empresa interesada en el tema por su participación en el mercado de las galletas, el plazo de implementación de la medida debería ser de por lo menos año y medio, debido a la presencia de inventarios de empaques que no cuentan con los sellos así como el costo de rediseño del mismo.
