Milenio
El 19 de noviembre pasado, el cuerpo de Pedro Lezama, de 24 años, quedó prensado entre las láminas que transportaba un camión de volteo. El accidente ocurrió cuando realizaba trabajos como becario del programa Jóvenes Construyendo el Futuro en el ayuntamiento de San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca.
“Los mandaron a repartir unas láminas de un programa de vivienda que se están entregando en las diferentes comunidades como apoyo a las personas de escasos recursos”, recuerda Alejandro Lezama, padre de Pedro.
Los médicos lo desahuciaron, pero Pedro desafió todo pronóstico y se recupera del grave daño causado a su intestino y otros órganos.
El joven ya está caminando, aunque aún no puede alimentarse de manera regular, sino por vía intravenosa. La recuperación del licenciado en pedagogía, que hasta antes del accidente estudiaba una maestría en administración educativa, tardará dos años.
Por eso, a la familia Lezama le preocupa que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se haga cargo de todo el proceso de recuperación, porque en unos meses se le acaba a Pedro la afiliación que obtuvo por ser becario.
No quieren que el joven quede desprotegido para el resto de su recuperación, pero por ahora están felices con los avances y festejan la nueva vida de Pedro. Otra cirugía “En estos momentos ya está fuera de peligro.
Aproximadamente en un proceso de dos o cuatro meses será sometido de nuevo a la cirugía para la reconexión del intestino delgado”, dice el señor Lezama.
El programa Jóvenes Construyendo el Futuro operó en 2019 en 98 por ciento de los municipios del país con un millón 62 mil 284 jóvenes que reciben 3 mil 600 pesos mensuales por laborar en 166 mil 39 centros de trabajo.
En ese año, 2 mil 435 empleadores fueron suspendidos por presentar diversas irregularidades. Una de estas es la que tiene a Pedro en un largo proceso de recuperación.
“Lo que hace falta es la supervisión, que los jóvenes que estén inscritos en ese programa realmente estén realizando labores o servicios o asesorías en donde no pongan en riesgo su integridad física, su vida”, dice el padre de Pedro, quien desde el accidente no se ha despegado de su hijo. La familia está recibiendo apoyo para rentar un sitio donde dormir y acompañar a Pedro en su estancia en la Ciudad de México.