La Jornada
Al conmemorar el 107 aniversario del asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, el presidente Andrés Manuel López Obrador, tras destacar su trayectoria histórica, subrayó que su gobierno aplica los principios maderistas de democracia con el añadido de “poner el mismo énfasis del bienestar del pueblo, no sólo por convicción humanista sino también para afianzar los cambios en el respaldo de la gente, evitar retrocesos y resurgir entre cualquier acción conservadora”.
Ante la mayor parte de los miembros de su gabinete, y previo a inaugurar en Palacio Nacional el salón denominado “La intendencia de la traición” para resaltar la figura del “soñador” Madero, el presidente dijo que “no podemos soslayar la bella lección del maderismo, democracia sí pero justicia social también, dijo, al recordar que uno de los errores del entonces presidente fue no afianzar la base social.
“Madero es mártir y héroe, místico y hombre de acción, maestro y enseñanza, estamos obligados a no olvidarlo jamás”, dijo, antes de dirigirse a cortar el listón para inaugurar el nuevo salón.
En su discurso de casi 40 minutos dedicado a resaltar la figura de Madero, recordar su trayectoria desde que era pintado de loco y desequilibrado tanto por sus retractores e incluso por su abuelo. En realidad Madero -dijo López Obrador- tenía valores morales, lo que permitió ser adelantado a su época.
Subrayó que nadie realmente que pudiera emprender una trasformación puede hacerlo sin tener estos valores espirituales, López Obrador hizo una detallada descripción del asesinato de Madero para repudiar la traición de que fue víctima en su dolorosísimo asento, uno de los más lamentables de la historia nacional.