La verdadera herencia que Porfirio Díaz dejó a los mexicanos

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Infobae

Porfirio Díaz ha sido un hombre polémico en la historia mexicana, pues gobernó el país durante 31 años, sólo con la interrupción de Manuel González (1880-1884). Nacido en Oaxaca en 1930, Díaz es conocido por haber dado estabilidad política y económica a México, luego de que gran parte de la historia del siglo XIX estuvo dominada por levantamientos internos, intervenciones extranjeras, crisis políticas y hasta financieras.

Este personaje, quien después de la rebelión de Tuxtepec ocupó la presidencia interina de México, comenzó su carrera militar desde muy joven. Las políticas que llevaron al caudillo a ocupar la silla presidencial fueron principalmente: la centralización del poder y el lograr conciliar los intereses de varios sectores del país.

El Porfiriato inició en 1877 y se caracterizó por el control de caudillos y caciques, la inversión extranjera en la economía, la conciliación con las potencias mundiales, la política de comunicaciones y transportes, el incentivo al campo, la industria y la minería, todo esto, logrado en el contexto de la segunda revolución industrial a finales del siglo XIX.

Modernizar a México, mediante la introducción de 30,000 kilómetros de ferrocarril, fue un objetivo que Díaz implementó para lograr la conectividad del país con fines de industrialización. Además, en el régimen porfirista se implementó la instalación de líneas telefónicas y la energía eléctrica.

Por otra parte, aunque el porfiriato constituyó estabilidad, promovió el crecimiento, logró una cierta integración del país e incluso mejoró el PIB por persona, aunque no solucionó la situación de desigualdad.

No obstante, Díaz sentía especial fascinación por el arte europeo, especialmente por el francés, lo cual inspiró su deseo al construir una identidad cultural en la Ciudad de México. Una de sus propuestas en esta materia fue renovar el Teatro Nacional para dar paso al Palacio de Bellas Artes, el cual fue inaugurado en 1934, por lo tanto Porfirio Díaz ya no vio terminado este recinto.

Los encargados del diseño arquitectónico fueron Adamo Boari y Federico Mariscal,quienes emplearon los estilos de Art Nouveau y Art Decó, el primero caracterizado por la suavidad de las líneas curvas y por la exaltación a la mitología y a elementos de la naturaleza.

El arquitecto italiano, Adamo Boari, también fue el autor del Palacio de Correos, el cual fue construido con el objetivo de satisfacer el aumento de correspondencia en el país. Este edificio posee un estilo conocido como plateresco o isabelino, anterior a la época de la conquista. El proyecto de construcción dio inicio en 1902 y fue inaugurado cinco años después, el 17 de febrero de 1907.

Para conmemorar el centenario de la Independencia de México, Porfirio Díaz, quería mostrar al mundo los avances que se habían logrado durante su mandato, en los cuales habían empezado a trabajar arquitectos, ingenieros, constructores y escultores desde los primeros años del siglo XX.

Una de las principales construcciones que heredó a los mexicanos el porfiriato es actual “Monumento a la Revolución”. La edificación de este recinto inició en 1906 y su autor fue el arquitecto francés Émile Bernard, quien utilizó el estilo neoclásico europeo y tecnología de vanguardia para su cimentación. Sin embargo, el movimiento revolucionario interrumpió su construcción. Fue hasta en 1938 que el arquitecto Carlos Obregón Santacilia reinterpretó sus espacios y diseño, agregando figuras importantes que representan ideales revolucionarios.

El Hemiciclo a Juárez fue otra de las contribuciones de Porfirio Díaz para conmemorar el centenario de la Independencia. Este monumento emblemático que se ubica en la Alameda Central de la Ciudad de México, fue construido en honor de Benito Juárez como reconocimiento de parte del presidente por ser su aliado en Oaxaca.

El actual Museo Nacional de Arte, ubicado en la calle de Tacuba en el centro histórico, fue concebido anteriormente como el edificio que albergaría la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas , el cual era el símbolo de la estabilidad política y económica por la que atravesaba el país durante este periodo.

Finalmente, otros tesoros heredados por Porfirio Díaz a los mexicanos son el Palacio Lecumberri, el Colegio de San ldefonso, el Bosque de Chapultepec y el Ángel de la Independencia, monumento emblemático en la Ciudad de México.