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Por increíble que parezca, el reloj biológico de las tortugas está determinado por el oleaje y el cuarto menguante de la Luna.
Guillermo González Padilla, del Campamento Tortuguero de Morro Ayuta, (CONANP), dijo: “La mayoría de las arribadas se dan en lunas de cuarto menguante, por qué, porque las mareas, el oleaje y las mareas son más bajas, son más calmas y las noches son oscuras, son momentos ideales que le gusta a la tortuga para salir a anidar de manera masiva”.
Para poder grabar a las tortugas, sin perturbar la arribada y su proceso de anidación se tiene que reducir al mínimo cualquier fuente de luz artificial.
Para registrar el proceso de la tortuga ovopositando se hace un corte en el nido, que luego se vuelve a tapar, para observar el momento más íntimo, de una nueva esperanza de vida.
Los huevos son depositados con una capa de líquido amniótico, que los protege en el momento de la “nidada”.
Mientras depositan los huevos, apenas y se escucha el sonido que emiten.
“Tardan aproximadamente entre 10 a 15 minutos, empieza a hacer gestos de suspiros, de hecho, la tortuga cuando está depositando sus huevos, se pone en una especie de trance”, dijo Guillermo González Padilla.
Ya de día, los primeros rayos del sol siguen contando a las tortugas que buscan hacer sus nidos.
Andrés Mariano Alcantara, técnico operativo de CONANP, explicó: “Lo más fuerte se presentó entre las 12 y 2 de la mañana, ya el acumulado de toda la noche desde las diez hasta las seis u ocho de la mañana estamos reportando arriba de 100 mil tortugas, de esta noche nada más”.
La arribada es tan grande, que las imágenes aéreas del periodista del Istmo, Jesús Hiram Moreno, revelan en su justa dimensión este fenómeno extraordinario que sucede en Morro Ayuta.
Jesús Hiram Moreno, periodista, comentó: “Se hace una especie de lazo, de unión entre el ser humano y estos quelonios que viven más de 100 años, es una especie s una experiencia única, que muchos deberían tratar de vivir”.
